Hace 7 años | Por vicus.
Publicado hace 7 años por vicus.

¿Redefinir "corrupción"? ¿Lo van a cambiar también en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española?

Si de lo que se trata es de dilucidar si un cargo público se beneficia de alguna manera adjudicando fondos públicos de forma irregular a terceros, o por trato de favor a los mismos... ¿vivimos en los mundos de yupi amigos y amigas? Naturalmente que se beneficia. Y lo hace premeditadamente. Of course.

El modelo de funcionamiento corrupto es, en estratos medios y altos sobre todo, algo más complejo pero relativamente fácil de desmontar en buena medida si verdaderamente se quiere, puesto que el cargo público SIEMPRE se beneficia directa o indirectamente, ipso facto o a corto, medio o largo plazo.

La propaganda (la maquinaria mediática), desvía la atención hacia lo más simple: el dinero, los "leuros". La corrupción es "desviar" el dinero, tomarse cañas a costa del contribuyente. Hay algo más y probablemente más grave y peligroso, pero más velado e incluso, si se me permite, esotérico: posición + influencia. No todo el mundo en política piensa en amasar, o únicamente en amasar, y menos que nadie los cargos clave (alcaldes de grandes ciudades, ministros, presidentes). Ejercer de cargo público y favorecer desde allí la "prosperidad" de una camarilla circundante, fabrica sinergias y fuerzas de marea que rodearán a dicho cargo público para siempre, sobre todo en lo que a altos cargos se refiere, como ministros o presidentes de gobierno, cuya proyección "favorecedora" elude incluso las fronteras patrias. Esta práctica está destinada a trascender en el tiempo, más allá del período de mandato. Felipe "Isidoro" González es ejemplo paradigmático de este modus operandi, al igual que Jose Mari Ansar. ¿Porqué te vas a complicar la vida sisando del erario público si tienes toda la vida por delante para robar legalmente?

La prueba está en que son los cargos satélites los que suelen meter la mano, puesto que no tienen garantizada la continuidad o no poseen las altas miras de sus mandos. Raramente se pilla a un cargo importante abriendo la caja, más allá de cargar gastos personales a las arcas públicas, como el caso de Rita Barbaridad. Es más, muy probablemente la filosofía imperante en estos ambientes, las directrices que llegan de quien manda sean: "hacer lo que os de la gana, pero que yo no me entere".

Es también paradigmático el caso de Adolfo Hitler, quien un día (cuenta la Historia ortodoxa) expresó su deseo de que los judíos desaparecieran. Su camarilla se puso al tajo sin demora para cumplir los deseos del canciller, ideando "soluciones" para el "problema judío", pero con el sumo cuidado de que nunca se pudiera acusar a Adolfo de haber ordenado tal cosa. Es decir que, legalmente, nunca se pudiera relacionar a Hitler con la Solución Final. Los objetivos eran otros, pero el modus operandi sigue siendo similar.

Comentarios

YOYOMISMA

#0 Creo que estás equivocado, ahora a eso se le llama error en la gestión. roll

D

#0 "Tusk entiende la diferencia entre dinero y poder. Eso es precisamente lo que lo hace peligroso. Él no mide su riqueza en jets privados, sino en almas compradas". Frank Underwood 😌

empanadilla.cosmica

Godwin de libro en el útimo párrafo que sobra completamente en el texto. No hace falta comparar con los nazis y el exterminio sistemático de judíos (y gitanos, otras minorías, y algunos que no eran tan minoría) para que nos quede la idea de que la corrupción es mala. En lo demás bastante de acuerdo.


Corrupción es usar el cargo o los recursos a fines distintos de los que están destinados, o hacerlo sin seguir las normas adecuadas. Eso es un cáncer para el sistema. Si las normas estorban más que ayudan habrá que cambiarlas para que ayuden más que estorben, pero las cambiamos para todos.

Efectivamente hay gente que nunca meterá la meno en la caja pero son corruptos y en alguno casos muy corruptos. Por ejemplo con gastos de representación y dietas pueden pegarse la vida padre en actividades que no tienen que ver con el cargo. Directores o presidentes de ciertos organismos se creen que además de dirigir o gestionar tienen que ser más que los demás. Algunos cargos se creen que es su obligación hacer favores y que todo gira en torno a ellos. Son reyes de su microcosmos.

Por ejemplo dan un contrato a la empresa de un amigo. La actividad que cubre ese contrato es necesario realizarla. Por tanto no consideran que obviar las normas de contratación del sector público no es hacer las cosas mal. Lo mismo pasa con la contratación de personal. Ahí está, por ejemplo el clan Baltar. En ocasiones justifican que no conocen la normativa (aunque tengan empleados cuya obligación es conocerla y comunicarle cualquier cosa que no está bien hecha) y en otras pasan por completo de ella de manera descarada.

Van de favorecedores, y dicen que son muy ejecutvos porque ahorran burocracia y hacen mucho, pero en realidad son un cáncer del sistema. Van e imprescidndibles (mi abuelo era uno de ellos). Todo a base de favores incluso en ocasiones en las que no hace falta.

Siempre que va a hacer cualquier desembolso importante tiraba de influencias, e intenta influir a familaires y amigos de que usen sus influencias para beneficiarse. Luego no existía tal beneficio, sólo una red clientelar. Por ejemplo para comprar un coche mi abuelo me presentó a un amigo que trabajaba en el negocio de los coches, que me iba a hacer precio de amigo. Buscando por mi cuenta encontré ofertas mejores sin necesidad de precio de amigo. No era el mismo coche. No estoy segura de que el coche tuviera las mismas prestaciones que el de su amigo, pero me valía y era un coche de gama parecida. Si hubiera cogido el coche de su amigo le hubiera tenido que ir a hacer la revisión donde su amigo y hubiera sido una cliente eterna de su amigo y le hubiera debido un favor a mi abuelo, que se cobraría más adelante, obligando a su vez a hacer precio a otro amigo suyo en otra cosa.

En realidad van de favorecedores pero son intermediarios, en mucho casos innecesarios. Como ese asunto del coche mi abuelo hacía de intermediari hacía con todos los asuntos. Todo el mundo se fiaba de él, señor de traje y puro que siempre presumía de amistades. Si el no participaba entonces lo habías hecho mal. Si no eres de su camarilla y giras a su alrededor eres de la camarilla de un rival o adversario. Este tipo de persona no puede concevir que haya gente que se labre una carrera y un destino por si misma. Por ejemplo ir a una gran empresa a intentar conseguir que te contraten sin ser amigo de alguien de allí le parecía impensable.

Afortunadamente el falleció hace un año y medio. Me enteré del suceso nueve menses después, por casualidad buscando su nombre Internet por si me había dejado algún pufo pendiente. Antes de eso ya llebava yo seis años sin saber absolutamente nada de él.