Una resaca de dos peniques no describe una noche de fiesta muy barata, ni es lo que costaría emborracharse en la Inglaterra victoriana. Era un lugar donde podías dormir si eras uno de los miles de personas sin hogar e indigentes que vivían en las principales ciudades del país. Si vivías en la calle y habías logrado ganar algo de dinero durante el día, podías pasar la noche de una de estas tres maneras: pagando un penique por sentarte, dos peniques por "resaca" o cuatro o cinco peniques por acostarte.
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