Hoy me levanto con la triste noticia de que ha muerto Val Kilmer. Y con él, se va algo más que un actor del que me enamoré un poco sin darme cuenta. Con su pérdida se apaga también una manera de habitar los personajes sin explicarlos del todo, de sostener el plano con esa combinación de rebeldía y buen rollo, de colega de instituto que siempre alegra a los que le rodean, sea en una fiesta, sea sentándose a tu lado en un día triste en el que necesitas compañía.