Dentro de este sitio, los investigadores encontraron restos de casas, huesos humanos, artefactos de piedra y reliquias de cerámica. El análisis de los huesos humanos desenterrados indica una estrecha conexión genética entre los residentes de estos asentamientos y otros grupos de personas en el sur de China y el sudeste asiático. Los hallazgos respaldan la teoría de que los pueblos austronesios, que ahora residen en Taiwán, el sudeste asiático, Oceanía y otras regiones, se originaron en el sur de China.
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