China no solo ha logrado posar un artefacto en la cara oculta de nuestro satélite, sino que además ha conseguido que siga activo un año después. O mejor dicho, sigan activos, en plural, porque no olvidemos que la Chang’e 4 desplegó el rover Yutu 2 doce horas después de aterrizar y las dos sondas gozan de buena salud actualmente.