Debía ser en los primeros ochenta. Ellos andaban atareados con la convocatoria de la manifestación antinuclear que cada año se celebraba en Madrid; nosotros trabajabamos para frenar el desarrollo urbanístico en la cuenca alta del Manzanares, pero hicimos un hueco para acercarnos a la reunión de la Coordinadora Estatal Antinuclear (CEAN).