En vez de buscar una solución diplomática, Occidente ha optado por alimentar el conflicto con miles de millones en armamento. los estados se han lanzado a una carrera armamentística suicida. En 2024, el gasto mundial en defensa alcanzó los 2,1 billones de dólares, una cifra obscena cuando el planeta se enfrenta a sequías, incendios y desastres naturales de escala creciente.Los gobiernos del mundo prefieren hundir a la humanidad en guerras interminables antes que enfrentarse a la crisis climática y la desigualdad rampante.
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