"El concurso permite que los técnicos, los políticos… todo el mundo diga “no pero es que es muy importante que tengamos en cuenta tal cosa o tal otra”, no, ahí no hay nada más que la oferta económica y eso es objetivo, por eso le gusta a muy pocos de los contratistas" Aquí es donde la señora Aguirre incurre en la mayor de sus deformaciones de la realidad: la de hacernos creer que es el mercado el que regulará este proceso. El que eliminará a las empresas que no cumplan y salvará a las que lo hagan.
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Y existe algo parecido a la subasta. El concurso. El problema es como se hacen estos. Falta de transparencia, requisitos estúpidos puestos para que solo cumplan las empresas que ellos quieren, modificación de condiciones una vez adjudicados, etc.
Las subastas están muy bien, siempre que exista un mercado lo suficientemente grande como para que no se pueda manipular.