AEDE entregó al Gobierno el texto incluido en la Ley de Propiedad Intelectual por el que se impone la Tasa Google. A cambio, Soraya Sáenz de Santamaría exigió un alto precio a los periódicos: la cabeza de los tres directores más incómodos. Eran Pedro J. Ramírez (El Mundo), Javier Moreno (El País) y José Antich (La Vanguardia). Cobradas las piezas, entregó el premio al lobby AEDE.
#1:
No me creo esa explicación.
Siempre he pensado que a Pedro Jota y a Javier Moreno los despidieron por su beligerancia en el tema de los papeles de Bárcenas, y a José Antich por una editorial en La Vanguardia marcadamente pro consulta independentista.
No me creo esa explicación.
Siempre he pensado que a Pedro Jota y a Javier Moreno los despidieron por su beligerancia en el tema de los papeles de Bárcenas, y a José Antich por una editorial en La Vanguardia marcadamente pro consulta independentista.
#1 Esta es explicación puede ser plausible, al igual que la que tú comentas. Y eso es lo que es este envío, una serie de conjeturas basadas en fuentes sin especificar, que si bien tienen una lógica y proponen una explicación creíble, no dejan de ser una hipótesis hasta que no se den más datos concretos.
#3 Por eso mismo no la he votado negativamente. Que yo no me crea la explicación del artículo, no quiere decir que yo esté en posesión de la verdad absoluta.
Las opiniones son como los culos. Todos tenemos uno
Suponiendo que sea posible algo así, el argumento de la tasa Google a cambio de las cabezas es inverosímil al menos en un caso, La Vanguardia. El gobierno de Mas riega generosamente de fondos públicos al Grupo Godo, las cifras podrían superar los 15 millones de euros al año. Bastante más de lo que supondrá la tasa Google. Así que el argumento del dinero no resulta muy creíble.
Los actuales directores de esos periódicos (*) deben tener un entendimiento claro de las consignas del gobierno en la medida en que aspiren a seguir en sus puestos y cobrando lo que cobran por ello.
(*) "Periódicos" por utilizar el término que se viene utilizando respecto a ellos. Son departamentos de propaganda del gobierno y el capital criminal.
Comentarios
No me creo esa explicación.
Siempre he pensado que a Pedro Jota y a Javier Moreno los despidieron por su beligerancia en el tema de los papeles de Bárcenas, y a José Antich por una editorial en La Vanguardia marcadamente pro consulta independentista.
#1 Esta es explicación puede ser plausible, al igual que la que tú comentas. Y eso es lo que es este envío, una serie de conjeturas basadas en fuentes sin especificar, que si bien tienen una lógica y proponen una explicación creíble, no dejan de ser una hipótesis hasta que no se den más datos concretos.
#3 Por eso mismo no la he votado negativamente. Que yo no me crea la explicación del artículo, no quiere decir que yo esté en posesión de la verdad absoluta.
Las opiniones son como los culos. Todos tenemos uno
#5 Las opiniones son como los pedos...sólo soportamos el olor del que nos tiramos nosotros.
#1 el pp quería librarse de pedro j. por bárcenas
Yo lo tengo muy claro: La que manda en el PP es la Pokemon.
Algunas noticias parecen estar redactadas después de una gran comida, regada generosamente con buen vino.
#4 Pues tampoco lo descartes, los he visto tan tajados que han tenido que dictar a un compañero la noticia.
Nuca te enfrentes a un enano.
Suponiendo que sea posible algo así, el argumento de la tasa Google a cambio de las cabezas es inverosímil al menos en un caso, La Vanguardia. El gobierno de Mas riega generosamente de fondos públicos al Grupo Godo, las cifras podrían superar los 15 millones de euros al año. Bastante más de lo que supondrá la tasa Google. Así que el argumento del dinero no resulta muy creíble.
No melafo.
Raticerda rules.
Los actuales directores de esos periódicos (*) deben tener un entendimiento claro de las consignas del gobierno en la medida en que aspiren a seguir en sus puestos y cobrando lo que cobran por ello.
(*) "Periódicos" por utilizar el término que se viene utilizando respecto a ellos. Son departamentos de propaganda del gobierno y el capital criminal.