Hace 8 años | Por aiounsoufa a jotdown.es
Publicado hace 8 años por aiounsoufa a jotdown.es

Cuando se discute sobre la objetividad, cuento siempre una anécdota familiar. Ocurrió en una sobremesa allá por los noventa. Mi padre charlaba conmigo y mis otros primos mayores, cuando apareció uno de los pequeños, que tendría cinco o seis años, y queriendo participar nos anunció que había sido su primer día de colegio. —¿Y cómo ha ido el primer día? —preguntó mi padre. El niño se quedó pensativo y respondió: «Muy bien, muy bien… Solo han llorado dos». Y tras una breve pausa, apuntilló: «una niña y yo».