Como parte de la investigación judicial de los abusos sexuales que 300 sacerdotes cometieron en Pensilvania, se reveló que Michael Freeman, uno de los acusados, ya fallecido, había cometido los mismos delitos antes de llegar al estado, mientras estaba en la diócesis de Buffalo. Un hombre de 49 años, que asistía a la iglesia católica en esa localidad del estado de Nueva York, era un adolescente cuando Freeman le apuntó con un arma a la cabeza para obligarlo a practicarle sexo oral, en más de una ocasión.
Comentarios
Que verguenza, un verdadero creyente confiaría en que Dios no le permitiría cerrar las mandíbulas.
A continuación absolvía al adolescente de los pecados cometidos durante la violación.
Que enrollao
La víctima aún está revisando sus privilegios por ser blanco ....
#3 Cuando se haya deconstruido lo suficiente comprenderá que el sacerdote es la víctima.
#6 Eso sólo se aplica héteros blancos....cisnormativos....privilegiados y.... oprimidos por el el heteropatriarcado visnú.
Siempre tenía el gatillazo listo
Y ahí sigue esa histórica organización criminal campando a sus anchas con total inmunidad y recibiendo dubvenciones.
Ya hay que ser paleto para acercar un niño a esta gentuza.
Como puede ser que lo obligara en varias ocasiones...Una y no más Santo Tomás. O es mentira o no se que pensar.
El sacerdote hizo bien. A veces un cuchillo no es suficiente. Le alabo la eficacia. Hay que asegurar el tiro.