César Ovilio Gómez Rivero viajó a Madrid el 28 de mayo de 2007. Al día siguiente, visitó como “investigador” la Biblioteca Nacional, robó una decena de documentos —entre, ellos dos mapamundis de Ptolomeo, arrancados con un cúter de Cosmographia, incunable de 1482— y, sin demora, tomó un vuelo de regreso a Buenos Aires. El 6 de agosto repitió el operativo. Una vez cruzado el Atlántico, Gómez Rivero intentó vender su botín en el mercado negro. La justicia argentina lo descubrió aquel mismo año, lo investigó, lo procesó... y lo dejó libre. Su nomb
Comentarios
Se me cae el alma a los pies de ver cómo se expolian (y maltratan, en el camino) tesoros para la historia como son los incunables.
Y el tipo este libre como el viento pese a llevar décadas robando con el mismo modus operandi. Por mucho que fuera en 2007, parecemos bobos.
#2 Somos bobos, el códice calixtino custodiado por curas y robado por un electricista, suerte hubo de recuperarlo
#2 No es que seamos bobos, es que hay y ha habido robos en grandes instituciones culturales de los que nadie se ha dado cuenta hasta años después porque lo que hacen es robar fragmentos de obras de gran valor pero que se consultan poco. El Sidereus Nuncius se habrá consultado muy poco. La epístola De insulis nuper repertis fue sustituida por un facsímil en la Biblioteca de Catalunya, y no se advirtió hasta mucho más tarde.
Por no hablar del famoso Forbes Smiley, que robó casi un centenar de mapas en sitios tales como la Biblioteca Beinecke de Yale (hola,valandildeandunie ) o la Biblioteca Pública de Nueva York. Fue sentenciado a 3 años y medio de cárcel en 2006.
https://en.wikipedia.org/wiki/Forbes_Smiley
#4 Es muy complicado vigilar continuamente a la gente y revisar una por una todas las páginas de un libro prestado. Pero bastaría con pesar con una balanza de precisión los libros antes y después de prestarlos. No entiendo por qué demonios no se hace ya algo tan sencillo como eso y que evitaría el 99% de los robos.
#6 porque simplemente te alcanzaría para poner unos papeles dentro e igualar el peso robado
#7 No creo que sea tan fácil saber lo que pesa exactamente lo que has robado.
#13 con las condiciones medioambientales, el peso varía, sobre todo por la humedad o excesiva sequedad del ambiente, aunque en los depósitos de bibliotecas esto se controla, y más en fondo antiguo. Desgraciadamente, al final la mejor solución es mantener los ejemplares fuera de uso y solo facilitar digitalizaciones. Eso, o la consulta unipersonal bajo vigilancia, como sí se hace con determinados ejemplares, en los que el propio personal de sala se encarga de pasar las páginas y en ningún momento el usuario toca el ejemplar.
#6 O digitalizarlos o tener copias para consulta y los originales que estén guardados.
#11 #4 Como dice #4, es difícil de comprender cómo en aquella época se dejaba un incunable en manos de cualquier "investigador". Estamos en el siglo XXI y creo que hay muy poca justificación para tener que "investigar" usando el original en lugar de una buena digitalización. De hecho, la digitalización es mejor en muchos casos por el tratamiento que permite.
En descargo de la Biblioteca Nacional hay que decir que este incunable que falta fue robado antes del que causó la detención de este tipejo. Imagino que desde entonces ya no será tan fácil repetir su modus operandi.
Aprovecho y dejo un consejo de librero para bibliotecas: hay que marcar todas y cada una de las láminas o dibujos de cualquier libro antiguo. Las láminas son relativamente fáciles de robar con un trabajo rápido de bisturí, pero si tienen marcado el sello de caucho de una biblioteca se convierten en piezas invendibles. El marcado, por supuesto, no ha de entorpecer el trabajo académico.
Por ejemplo, en esta página del Islario General, de Alonso de Santa Cruz, hay un dibujo muy bueno que podría tener mucho valor por sí mismo. Sin embargo el no estar marcado hace que sea viable robarlo y darle salida. El punto ideal para estamparle el cuño sería el Océano Índico, entre la g y la L, con parte del sello marcado en el hemisferio y parte en el hueco blanco alrededor.
#5 Del artículo: El juez Lijo, sin embargo, consideró que estaba ante un gran montaje. Los mapas tenían marcas evidentes de haber sido arrancados sin cuidado de algún sitio y un sello con las iniciales JCT ocultaba de forma burda otro colocado por la Biblioteca Nacional. El magistrado consideró que cualquier anticuario habría, al menos, dudado del origen lícito de los mapas.
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elpais.comEsto se soluciona haciendo copias: en 3D, fotografícas de alta resolución, fotos y escaneo digital. Y el que quiera consultar el original, entra desnudo en una cámara blindada...
#9 Y con un pepino en el culo, para que no pueda esconder la lámina en un tubo.
#20 Y una bola en la boca
Sorprende que le dejaran pasar con un cutter. ¿No hay arco de seguridad para entrar en la Bibioteca Nacional?
#8 Lo dice en la propia noticia. Ocultaba las mini cuchillas en una funda de gafas.
Esto lo vi yo en un peli unos 30 anos, que quizás el ladrón también vio y le dio "uso".
La cuchilla estaba dentro de una falsa patilla, que se sacaba y quedaba como un cutter.
#10 sí, he leído lo de las gafas. Por eso preguntaba si no hay un detector de metales
#12 supongo que si eran gafas y metálicas total o parcialmente, no les haría sospechar. Es la entrada a una biblioteca, no a la sede de la CIA o el pentágono.
A mi con estas cosas, siempre me hacen recordar unos videos de hace unos anos con unos tipos que hicieron una especie de "challenge" y mostraron que en EEUU con unos monos de trabajo y una escalera podían entrar casi cualquier lado y no solo entrar, en algunos casos hasta les abrían y sujetaban las puertas.
#12 en la BNE haberlo haylo, arco detector de metales. Y las condiciones de acceso a la Sala Cervantes (la de fondo antiguo) han variado a lo largo de los años y el acceso con elementos externos está muy controlado: se entra con bolsa de plástico transparente que se recoge en las taquillas, con lápiz y determinado número de hojas. En aquella época entiendo que era más fácil...
#8 Quizás una cuchilla tan fina no activa un detector, pero, en todo caso, siempre habrá una manera de robar, y más en este tipo de robos que son muy a cara descubierta. Hay que identificarse, saber lo que buscas, etc, etc... Son robos muy preparados.