A Àlex Torío (Barcelona, 1976) le encanta dar clase. “Enseñar a los jóvenes, formarlos… Esa es mi pasión”, dice. Siempre fue así y prueba de ello es que ha sido profesor de Secundaria desde finales de los años 90. Lo suyo fue pura vocación y tras casi 30 años en las aulas, este docente ha dejado la enseñanza. Ha abandonado con amarga “decepción” algo que amaba. No lo niega. No lo oculta.
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