Lo que no es normal es estar dirigidos por personas que no merecen este calificativo. No son dirigentes, son auténticos frikis de la gestión. Cuando el sentido común y facilitar las cosas a los pacientes y familiares se convierte en una pesadilla para ellos es que, realmente, estamos haciendo las cosas mal.
Esto es lo que pasa cuando gestionas la sanidad pública como si fuese una empresa privada. Se mira por el beneficio económico y no por el bienestar de las personas.
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Esto es lo que pasa cuando gestionas la sanidad pública como si fuese una empresa privada. Se mira por el beneficio económico y no por el bienestar de las personas.