Hasta ahora, la relación entre la fe y la ciencia ha sido compleja y accidentada, sobre todo durante la Edad Media. Sin embargo, en los últimos años la Iglesia católica se ha mostrado más flexible frente al avance de las nuevas teorías, como el creacionismo, las biotecnologías, la clonación y la reproducción in vitro, por lo cual se ha planteado la posibilidad de reformular los términos del diálogo entre los dirigentes católicos y los científicos.