Abdel Baki Essati, el imán sospechoso de adoctrinar a los terroristas, abandonó Ripoll en junio.  De Essati saben que decía tener nueve hijos en Marruecos, que procedía del norte de ese país, y que ocasionalmente hacía viajes a Bélgica -o eso decía-. En dos salas cubiertas con moquetas algunos hombres leen descalzos en el suelo. Barbach ha decidido abrir la mezquita a la prensa. “No podemos encerrarnos. Espero que la gente de aquí aprenda que estamos limpios, queremos evitar el conflicto”  
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