Erich Schwam nunca olvidó Chambon-sur-Lignon. El farmacéutico viudo, francés de origen austriaco, siempre fue muy reservado. Tanto, que muy pocos conocían sus azarosos orígenes. Solo cuando se anunció, que tras su muerte en diciembre a los 90 años había legado todos sus bienes —casi dos millones de euros— a Chambon, se arrojó una luz sobre su pasado y, de paso, sobre este pueblo del Alto Loira que, en lo más terrible de la ocupación nazi de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, acogió y salvó de la deportación a miles de niños judíos.
Comentarios
Qué raro es ver ya gente con valores... de hecho se tienen que morir de viejos para que nos enteremos.
Maravilloso lo del "milagro del silencio ".