La prostitución es uno de esos temas donde la sociedad española exhibe una mezcla de incomodidad y contradicción. Se condena en público, pero se consume en privado. No obstante, conviene precisar: España no es el país europeo con más prostitución, ni los españoles son los que más recurren a ella. Aunque el tamaño de este mercado es relevante —el Instituto Nacional de Estadística estima que mueve unos 3.700 millones de euros anuales—, los estudios comparativos muestran que hay países con tasas de consumo superiores, como Alemania, Países Bajos.
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