La antesala de la equidistancia es la autocensura. Lo sabemos nosotras y lo saben quienes están empeñándose en llenarlo todo de barro, aunque eso implique escupir sobre los derechos humanos. Cuando el miércoles el diario El País contó que en algunos centros educativos de la Comunidad de Madrid se estaban recibiendo llamadas por parte de la Consejería de Educación para prohibir acciones de sensibilización ante el genocidio de Gaza, la noticia corrió como la pólvora en redes.
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etiquetas: empatía , prohibición
"Una cosa es ser solidario, y otra serlo a cambio de nada"
He dicho gran filósofo, como presidente del gobierno ya tal.
Ríete tú de Gracian, Nietzsche o schopenhauer.
Todo tu corpus racional lo basas en tus sentimientos, y la tragedia es que estos no son volitivos.
La empatía se siente, la solidaridad se ejerce.
En mi opinión, la elevacion de la empatía a valor moral más alto, a lo que asistimos desde hará una década, no es más que el fruto desesperado de una sociedad narcisista, imbuida hasta tal punto en la moral capitalista, que solo puede analizar lo bueno/malo desde el yo yo yo mi mi mi.