Una mujer de Burgos logró la detención de su agresor sexual gracias a doblar el dedo pulgar derecho sobre la palma de la mano extendida y luego cerrarla, formando un puño. Este gesto discreto, señal internacional de socorro para las víctimas de violencia machista, sirvió para que otra mujer detectara que se encontraba en apuros y avisara a la Policía Nacional, que acabó deteniendo al hombre.
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