Hace 8 años | Por heiho a revistafactum.com
Publicado hace 8 años por heiho a revistafactum.com

Muchas funerarias salvadoreñas viven auténticos días de bonanza. La de San Pedro Perulapán opera a ritmo de “ataúd hecho, ataúd vendido”. Y hay otras, en Soyapango y San Salvador, que han hecho de la muerte un verbo, “muertean”: buscan muertos sin importarles peinar territorios cundidos de pandilleros. Este alboroto ha desencadenado el surgimiento de féretros de cartón y de funerarias piratas. Esta es la otra cara de la explosión de homicidios de los últimos meses y que, al cerrar este año, podría ubicar a El Salvador como el país más violento

Comentarios

D

Esos países tercermundistas mueren los menos aptos y sobreviven los violentos,selección natural.
Creo que la biodiversidad esta amenazada

D

Esta gente no tiene iniciativa. Lo que hay que hacer es que si no hay muertos suficientes, se encarga uno mismo de producirlos para que no haya momentos valle en la actividad de la empresa.