Siempre he sido de la opinión de que la estrategia comercial de permitir al cliente fijar el precio del producto, en un país de listos y espabilados como España, es una auténtica temeridad. Pues mira por dónde, se me ha presentado la oportunidad de poner a prueba este prejuicio tan extendido. Os cuento la experiencia...
Eso lo tengo visto yo, hasta con plugins VST para programas de música. Si algo te gusta en realidad y te dejan elegir precio pagas lo que te permite el bolsillo en ese momento. Y muchos van a pagar. No en vano es muy similar a hacer una donación, no la tienes porqué hacer, pero si quieres que algo que te gusta se mantengan no sale de la nada. Otra cosa es pensar que todo el mundo tenga que pagar x dinero prefijado porque sí, cuando ese precio muchas veces no se basa en criterios objetivos. Y menos cuando se inventan conceptos para cobrar más (como el tema de Cinesa con los "estrenos premium" y similares en las entradas de cine).
#3 Personalmente, en tema de libros nuevos impresos (y no decimoquinta mano), es necesario poner un coste mínimo, por la sencilla razón de que si te autoeditas, imprimir es CARO.
Personalmente creo que frases como " en un país de listos y espabilados como España" hacen más mal que bien. Dan una coartada a aquel que tiene la tentación de aprovecharse de los demás.
No es lo mismo tener la tentación y pensar "total, si en un país de listos y espabilados como España todos lo hacen" que tenerla y pensar en el que dirán.
Es sorprendente cómo hay gente que intenta sacar rédito económico a la venta de libros usados.
Yo el precio que pagaría por esa basura sería cero.
Cualquier red de bibliotecas públicas me va a dar acceso a estos libros viejos, soy gran consumidor de biblotecas.
El modelo de negocios de los libros es atraer a diógenes de árboles muertos, con lo que tienes que ofrecer una experiencia de comprador compulsivo, como el fnac o casa del libro.
Estos puestos que veo ahora por todo Madrid son modelos de negocio fallidos y ridículos.
Comentarios
Son libros. Producto para un público con una educación media bastante diferente a la de otros sectores.
Eso lo tengo visto yo, hasta con plugins VST para programas de música. Si algo te gusta en realidad y te dejan elegir precio pagas lo que te permite el bolsillo en ese momento. Y muchos van a pagar. No en vano es muy similar a hacer una donación, no la tienes porqué hacer, pero si quieres que algo que te gusta se mantengan no sale de la nada. Otra cosa es pensar que todo el mundo tenga que pagar x dinero prefijado porque sí, cuando ese precio muchas veces no se basa en criterios objetivos. Y menos cuando se inventan conceptos para cobrar más (como el tema de Cinesa con los "estrenos premium" y similares en las entradas de cine).
Salu2
#3 Personalmente, en tema de libros nuevos impresos (y no decimoquinta mano), es necesario poner un coste mínimo, por la sencilla razón de que si te autoeditas, imprimir es CARO.
Esta noticia no llegara a portada porque habla bien de la gente.
#1 "...en un país de listos y espabilados como España..."
Pues empieza bien.
Aqui en Francia suele haber conciertos, teatro, e incluso bares asociativos con precios libres. Ojalá algun dia se ponga de moda en España.
Y no es esa la base del regateo?
Personalmente creo que frases como " en un país de listos y espabilados como España" hacen más mal que bien. Dan una coartada a aquel que tiene la tentación de aprovecharse de los demás.
No es lo mismo tener la tentación y pensar "total, si en un país de listos y espabilados como España todos lo hacen" que tenerla y pensar en el que dirán.
Es sorprendente cómo hay gente que intenta sacar rédito económico a la venta de libros usados.
Yo el precio que pagaría por esa basura sería cero.
Cualquier red de bibliotecas públicas me va a dar acceso a estos libros viejos, soy gran consumidor de biblotecas.
El modelo de negocios de los libros es atraer a diógenes de árboles muertos, con lo que tienes que ofrecer una experiencia de comprador compulsivo, como el fnac o casa del libro.
Estos puestos que veo ahora por todo Madrid son modelos de negocio fallidos y ridículos.