La Oficina Antifraude ha comunicado a la CGT el archivo de la denuncia presentada por el caso de las pensiones vitalicias otorgadas a los policías condenados por torturas, unos hechos que se relatan en el documental Ciutat Morta. Antifraude reconoce que se detectan “razonables sospechas”, “groseras coincidencias” y “un inexplicable paralelismo en el devenir psicopatológico de dos personas diferentes”. Recomienda “extremar los controles y las pruebas médicas a la hora de revisar las incapacidades otorgadas ante las circunstancias constatadas"
Comentarios
El informe de Antifraude podría resumirse en : "Esto apesta a mierda pero no podemos probar que los médicos mintieran en su informe. Así que salven el culo ustedes diciendo que se 'han recuperado' en la siguiente revisión y quítenles la pensión'.
Vaya tela.
#1 creo que aqui nadie quiere ser el que meta la cuchara, porque apestar, apesta
Esto es lo que se denomina pura basura.
Eso lo dice l'Oficina Antifrau de Catalunya (ciu) pero las pensiones las da España.
#6 No exactamente. El INSS pone el sello, pero las concede el ICAM, competencia de la Generalitat.
En todo caso, toda esta cadena de chanchullos con torturadores de 30 y pocos años indica muy bien cómo funcionan las cosas tanto en españa como en catalunya.
Que se lo pregunten a Alfon ayer, por ejemplo.
Pues cuando todos los controladores aéreos sufrieron al mismo tiempo un ataque de ansiedad los sindicatos no vieron problema alguno.
#2 ¿A dónde vas? Manzanas traigo.
#2 Tal vez sea porque los servicios mínimos pueden ser incluso mayores que los servicios habituales.
Ya ha sucedido varias veces.
#4 ni puto caso, no sé qué tienen que ver los controladores aquí, vaya forma de desviar el tema.
Espero que se persiga el tema, me parece indecente que estos dos no solo anden sueltos por ahí después de todo lo que han hecho (y lo que no se sabrá) sino que encima lo hagan con una paga de por vida, y pagada por todos nosotros.
Esta mal que nos tomemos la justicia por nuestra mano, no digo que no, pero es que la “justicia” del estado es patética.