Jesús Catalá rompe su silencio, una semana después de la detención del sacerdote, y asegura que la diócesis ha actuado correctamente, pese a lo que afirma la investigación, aunque admite posibles errores "por ignorancia o por falta de vigilancia"
Ah, que lo "virulento" (virulento, ta Del lat. virulentus. 1. adj. Ponzoñoso, maligno, ocasionado por un virus, o que participa de la naturaleza de este) no eran las violaciones, ¡son los medios que cubren la noticia!
Ya.
Que se investigue y se juzgue a todos los implicados y a aquellas personas que hayan podido taparlo.
Me resulta muy curioso cómo está escrito el final del artículo: el periodista (presuntamente) indica que no hay en el obispo palabras de perdón. A renglón seguido, cita unas palabras del obispo en las que pide perdón.
Comentarios
Que hijo de la grandisima p.ta!!!!!
Encubridor!!!
Lo de la otra mejilla es para pringaos
#3 Estos ponen la otra mano.
Todos los obispos de España son potenciales delincuentes.
Así de simple.
Rata
Virulencia es lo que tendría la gente que reventase a ese hijo de la gran puta si en este pais no se protegiese de facto a los putos curas.
Jamás asumen sus responsabilidades. Si Dios existiera los abrasaría pero siguen ahí, tan frescos.
Ah, que lo "virulento" (virulento, ta Del lat. virulentus. 1. adj. Ponzoñoso, maligno, ocasionado por un virus, o que participa de la naturaleza de este) no eran las violaciones, ¡son los medios que cubren la noticia!
Ya.
Pobrecico el ENCUBRIDOR DE PEDERASTAS y su amigo el PEDERASTA que los malos medios les señalan por sus crímenes
Si realmente hubiera "virulencia", este hombre estaría, como mínimo, escondido
Es para cogerlo y empalarlo múltiples veces con una escoba astillada. Hablo ficticiamente, por supuesto, claro, claro.
Que esta gentuza haga este tipo de comentarios no debería ni ser noticia.
Si te sorprende es que tienes todavía arraigada la mentira de que esta chusma hace el bien.
Que se investigue y se juzgue a todos los implicados y a aquellas personas que hayan podido taparlo.
Me resulta muy curioso cómo está escrito el final del artículo: el periodista (presuntamente) indica que no hay en el obispo palabras de perdón. A renglón seguido, cita unas palabras del obispo en las que pide perdón.