Es decir, los puestos están dados de antemano sin necesidad de superar ninguna prueba oral o escrita. La primera criba se denomina “cumplimiento de requisitos y filtraje curricular”. En los cuatro casos, se eliminan a todos los aspirantes y se admite a uno, al que solo le queda pasar una entrevista oral. “Nunca se había hecho algo tan descarado. Esto es indignante”, afirma un ferroviario.
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No les hace falta ni disimular, llevan años (muchos) con una política de contratación diseñada ‘ad hoc’ para sus intereses creados.