La tesis del artículo es que la influencia de las noticias falsas difundidas en redes sociales no es suficiente ni de lejos para explicar la victoria de Trump en las elecciones americanas y que los verdaderos culpables son los medios tradicionales y su manera de cubrir las elecciones. Por poner un ejemplo concreto, en seis días consecutivos el New York Times tuvo en primera página tantas noticias sobre los mails de Clinton como el total de noticias sobre políticas de los 69 días anteriores a las elecciones.
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Al final no es más que un paso extra en la dirección a la infantilización del público y a la relativización del discurso: la política queda totalmente oculta en las características personales del candidato y se muestra realmente poco que actuaciones políticas se pretenden hacer. La forma sobre el contenido de una forma cada vez más evidente.
Por ello, los líderes populistas, conectan directamente con el electorado usando el mismo lenguaje que ellos, sin ninguna profundidad y se asimila el discurso de forma acrítica. Se acercan tiempos muy complicados porque cada vez va a peor.