Hace 3 años | Por irinamojica a eltiempo.com
Publicado hace 3 años por irinamojica a eltiempo.com

La indiferencia de redes y usuarios nos tiene hoy en una situación compleja de cara al futuro.

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Ñbrevu

De esto tiene muchísima culpa la obsesión por el "engagement" (no sé cómo traducirlo exactamente, pero se refiere a la participación continua de los usuarios, enganchados), que a su vez viene de que es la fuente indirecta de ingresos, vía publicidad.

El contenido con alta carga emocional, y en particular susceptible de cabrear a mucha gente, es promocionado por encima de lo demás por todos los algoritmos que priorizan ese engagement. Y así ocurren dos cosas: una, que el contenido extremista y escandaloso sube como la espuma, y dos, que a base de puro refuerzo y repetición la gente acaba moviéndose más en formas de pensamiento regidas por las emociones (sobre todo por la ira) que en otras más sosegadas. Lo cual, de nuevo, es aprovechado por extremistas (por ejemplo, una de las consecuencias más directas de esto es que nos paramos menos a pensar si alguna noticia indignante realmente es cierta o no).

Insisto, que aquí creo que toca hilar fino: la culpa no es tanto de las redes sociales en sí como de su interés monetario en el contenido escandaloso.

wondering

#1 Pero es más que eso, porque a veces funciona como una rueda que por inercia se va haciendo cada vez más grande. Los medios ven que ese tipo de contenidos dan más pasta, y los "lectores" a su vez lo consumen y demandan más porque para ellos es algo adictivo, lo que provoca que los medios creen más contenido de ese tipo, que hace enganchar a más gente, etc.

Al final tienes unos medios con cada vez más ingresos pero una sociedad más polarizada.