Se empieza admitiendo la expresión pública del odio y se acaba justificando la violencia contra el diferente. Hemos cruzado la línea, estamos cruzando líneas a pasos agigantados. Todo está yendo tan deprisa que apenas tenemos tiempo de reaccionar. Carmena compara a Trump con Hitler y se le echan encima. Se ha banalizado y manoseado tanto la comparación con el nazismo, que ya nadie la toma en serio, pero me temo que ahora sí es acertada.
Lo que se ha extendido como la pólvora es esa antropología buenista incapaz de contemplar al bicho humano en toda su expléndida sordidez. Ser libre no tan sólo significa serlo para hacer el Bien, sino para decidir qué es Bueno e incluso para obrar mal.
El progresismo se ha convertido en una puñetera religión revelada tan intrusiva como cualquier otra. Sus pretensiones sólo llevarán a una exacerbación de los odios.
Hace falta encontrar una persona con mucha experiencia vital, mucha inteligencia y mucho corazón para que los conceptos morales positivos más elementalmente correctos puedan tener la oportunidad de ser asimilados y convertidos en carne propia. Para el resto sólo queda el adoctrinamiento en los principios de la secta de su elección. No es nada nuevo. Las más grandes y luminosas figuras de la Historia de la Humanidad son las de los grandes heterodoxos de sus culturas.
Cada persona aspira a generar sus valores. Unos valores "buenos", pero impuestos, dejan de ser buenos, dejan de ser valores y empobrecen a la persona. El bicho humano es así. En gran medida, y haciendo el cómputo sobre el total de la masa, en una buena cantidad de ocasiones la ética del individuo tiene menos que ver con sus actos que la escala y la oportunidad.
Trump y los suyos me parecen basura en estos aspectos, pero demonizarlos en nombre de la moral dominante no arregla nada. Al revés. Flanders puede cambiar el mundo, pero no lo hará mejor.
#4 Los enunciados críticos con la moral dominante tienen que vestirse con artificiosas galas para que aquellos inclinados a escandalizarse puedan ridiculizar al modista sin tener que contemplar una incómoda verdad desnuda. Ahorra mucho tiempo.
#2#3"Trump ha roto con lo políticamente correcto", decía ufana Esperanza Aguirre, como si eso fuera intrínsecamente positivo.
Sí, sí es positivo. Es el policorrectismo lo que nos ha llevado a donde estamos. ¿Qué habría sido mejor, ignorar los problemas que causan los inmigrantes unas décadas más, para que estalle todo de peor forma? Esto llevaba años gestándose. Algunos gilipollas creen que si silencian lo que no les gusta desaparece y no es así.
Hay que dar libertad de expresión a todo el mundo, incluso al racista, y solucionar los problemas en vez de taparlos esperando que desaparezcan.
No sé lo que va a pasar con Trump, no tengo ni idea de lo que pretende. Pero una cosa está clara: el racismo estaba ahí, latente, probablemente agravado por el policorrectismo y el buenismo. Aprendamos de la lección y no volvamos a silenciar a la población, esto se podía haber solucionado mucho antes sin llegar a estos extremos, si se hubiesen atendido los problemas de los afectados antes de que hubiesen recurrido a un líder populista.
#13 La inmigración es un condimento más en el guiso social de los de siempre, y como todo condimento lo usan con tiento para que el resultado final sea tragable por tanta gente como sea posible. Si en un momento dado consideran que se han pasado de sal, echan un poco de azucar al sofrito de tomate que tenemos por mundo.
El verdadero crimen contra los refugiados no es controlar su acceso, sino haberlos creado. Haber arrancado a gente, tan maravillosa y mezquina como nosotros mismos, de sus casas porque el gobernante de su país quiere construir otro gaseoducto en vez del mío. O porque tal otro país quiere lanzar una moneda capaz de desestabilizar el sacrosanto dolar, o porque no quiere operar en dólares. O mantener en el poder a los tiranos más sanguinarios porque me venden a mí sus tierras raras, o perpetuar a los señores de la guerra porque el coltan, como la esencia de Dune, tiene que manar a bajo precio.
Más allá de los efectos que pueda tener la inmigración a nivel de seguridad interior, mercado laboral, etc, una sociedad multicultural es una sociedad mucho más fragmentada y fácil de ser controlada. Una buena crisis de valores en un momento bien escogido te asegura al menos un par de décadas de desconcierto popular durante las que puedes hacer tu santa voluntad mientras la mayoría se pregunta si debe imitar a los que ya van con las manos en la cabeza y corriendo en círculos.
La resultante del resto fuerzas de un sistema suficientemente complejo, donde hay una fuerza dominante, puede fácilmente hacerse nula de manera difícil de percibir. Si el capitalismo se ha dado a sí mismo forma "democrática" es porque esta técnica la tienen más que dominada.
Al final, izquierdas contra derechas, progresistas contra conservadores, globalistas contra partidarios del estado-nación, religiosos contra ateos, feministas contra no-feministas... todos en minorías de uno. Mientras tanto los plutócratas de siempre mientiendo en todos los sistemas de valores existentes y con novedosas herramientas como el data-minning,
Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos,
un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
Para mí desmontar el capitalismo financiero y la llamada globalización es algo fundamental. La pena es que sólo alguien como Trump parece tener la intención de dar algún paso en esa dirección.
En cualquier caso, recordemos que si Trump acaba siendo Hitler. El periodo neoliberal que le ha precedido será recordado como esa República de Weimar que empujó al pueblo alemán a los brazos de Hitler.
Por no decir que el mal hace tiempo que está normalizado, Trump solo es menos hipócrita.
#3 positivo porque me parece inteligente la forma en la que has unido el neoliberalismo con la Republica de Weimar. No estoy de acuerdo, pero me parece una buena salida.
Esta palabra "opinión" hace meditar. Es la que emplea la dueña de casa para poner fin a una discusión que corre el peligro de agriarse. Sugiere que todos los pareceres son equivalentes, tranquiliza y da a los pensamientos una fisonomía inofensiva, asimilándolos a los gustos. Todos los gustos se dan en la naturaleza, todas las opiniones están permitidas; no hay que discutir sobre gustos, colores, opiniones. En nombre de las instituciones democráticas, en nombre de la libertad de opinión, el antisemita reclama el derecho de predicar dondequiera la cruzada antijudía. A la vez, habituados como estamos desde la Revolución Francesa a considerar cada objeto con espíritu analítico, es decir como un compuesto que puede separarse en sus elementos, miramos a personas y caracteres como mosaicos en que cada piedra coexiste con las otras sin que esta coexistencia la afecte en su naturaleza. Por eso la opinión antisemita se nos aparece como una molécula susceptible de entrar en combinación, sin alterarse, con cualquier otra clase de moléculas. Un hombre puede ser buen padre y buen marido, ciudadano escrupuloso, amante de las letras, filántropo y, además, antisemita. Puede ser aficionado a la pesca y a los placeres del amor, tolerante en materia religiosa, lleno de ideas generosas sobre la condición de los indígenas del África central y, además, aborrecer a los judíos.
Admitiría, en rigor, que se tenga una "opinión" sobre la política vinícola del gobierno, o sea que podamos decidirnos, basándonos en razones, a condenar o aprobar la libre importación de vinos de Argel: se trata, en tal caso, de dar un parecer sobre la administración de las cosas. Pero me niego a llamar opinión a una doctrina que apunta expresamente a determinadas personas y que tiende a suprimirles sus derechos o a exterminarlas. El judío, que el antisemita combate, no es un ser esquemático y definido solamente, por su función, como en el Derecho Administrativo; por su situación o por sus actos, como en el Código. Es un judío, hijo de judíos, que ptiede reconocerse por su físico, por, el color de su pelo, quizá por sus ropas y, según dicen, por su carácter. El antisemitismo no entra en la categoría de pensamientos protegidos por el derecho de libre opinión.
Jean-Paul Sartre - Reflexiones sobre la cuestión judía (1944)
El que escribió el artículo debiera saber que fue H. Arendt la que propuso el concepto de "banalización del mal" ligado a la sumión de los burócratas a las medidas de persecución de los judíos. Cualquier extensión de ese concepto y desde luego ligarlo a las medidas de Trump reflejan
( sin que yo quiera ser agresivo) un poco de ignorancia.
#7 pues eso he pensado yo, que ha cogido una frase hecha por una mujer enorme respetada por todos* y a prtir de ahi se ha escrito un articulo partidista que la señora Arendt habria criticado por parcial.
Solo se centra en la parte racial del discurso de Trump, pero se le olvida decir que Trump ha basado su campaña en decirle a la antigua clase media que ahora estan jodidos por culpa de una oligarquia culpable de todo, que hay que acabar con la globalizacion y con el comercio internacional, en descalificar a todo el que no piensa como el, en "decir las cosas claras aunque molesten a alguno", en usar las redes sociales para transmitir mensajes que simplifican los problemas... no vaya a ser que la gente piense que se parece mucho a lo que dice el-partido-mimado-por-su-periodico.
* menos por los que la criticaron en su momento por no entender lo que era evidente y ella se atrevio a decir
Ah, que comparar a Trump con Hitler sí está bien. Pero no a otros. Pues no. Yo comparo a Pablo Iglesias con Hitler. Sólo hay que cambiar banqueros por judíos usureros y es lo mismo.
Comentarios
Lo que se ha extendido como la pólvora es esa antropología buenista incapaz de contemplar al bicho humano en toda su expléndida sordidez. Ser libre no tan sólo significa serlo para hacer el Bien, sino para decidir qué es Bueno e incluso para obrar mal.
El progresismo se ha convertido en una puñetera religión revelada tan intrusiva como cualquier otra. Sus pretensiones sólo llevarán a una exacerbación de los odios.
Hace falta encontrar una persona con mucha experiencia vital, mucha inteligencia y mucho corazón para que los conceptos morales positivos más elementalmente correctos puedan tener la oportunidad de ser asimilados y convertidos en carne propia. Para el resto sólo queda el adoctrinamiento en los principios de la secta de su elección. No es nada nuevo. Las más grandes y luminosas figuras de la Historia de la Humanidad son las de los grandes heterodoxos de sus culturas.
Cada persona aspira a generar sus valores. Unos valores "buenos", pero impuestos, dejan de ser buenos, dejan de ser valores y empobrecen a la persona. El bicho humano es así. En gran medida, y haciendo el cómputo sobre el total de la masa, en una buena cantidad de ocasiones la ética del individuo tiene menos que ver con sus actos que la escala y la oportunidad.
Trump y los suyos me parecen basura en estos aspectos, pero demonizarlos en nombre de la moral dominante no arregla nada. Al revés. Flanders puede cambiar el mundo, pero no lo hará mejor.
#2 "esa antropología buenista incapaz de contemplar al bicho humano en toda su expléndida sordidez". Te ha quedado muy revertiano.
#4 Los enunciados críticos con la moral dominante tienen que vestirse con artificiosas galas para que aquellos inclinados a escandalizarse puedan ridiculizar al modista sin tener que contemplar una incómoda verdad desnuda. Ahorra mucho tiempo.
#5 Oh mores! Siempre nos dijeron que la verdad va de estreno.
#10 Y con la ropa interior limpia, por si la atropella algún sofisma y tienen que llevarla al hospital...
#2 #3 "Trump ha roto con lo políticamente correcto", decía ufana Esperanza Aguirre, como si eso fuera intrínsecamente positivo.
Sí, sí es positivo. Es el policorrectismo lo que nos ha llevado a donde estamos. ¿Qué habría sido mejor, ignorar los problemas que causan los inmigrantes unas décadas más, para que estalle todo de peor forma? Esto llevaba años gestándose. Algunos gilipollas creen que si silencian lo que no les gusta desaparece y no es así.
Hay que dar libertad de expresión a todo el mundo, incluso al racista, y solucionar los problemas en vez de taparlos esperando que desaparezcan.
No sé lo que va a pasar con Trump, no tengo ni idea de lo que pretende. Pero una cosa está clara: el racismo estaba ahí, latente, probablemente agravado por el policorrectismo y el buenismo. Aprendamos de la lección y no volvamos a silenciar a la población, esto se podía haber solucionado mucho antes sin llegar a estos extremos, si se hubiesen atendido los problemas de los afectados antes de que hubiesen recurrido a un líder populista.
#13 La inmigración es un condimento más en el guiso social de los de siempre, y como todo condimento lo usan con tiento para que el resultado final sea tragable por tanta gente como sea posible. Si en un momento dado consideran que se han pasado de sal, echan un poco de azucar al sofrito de tomate que tenemos por mundo.
El verdadero crimen contra los refugiados no es controlar su acceso, sino haberlos creado. Haber arrancado a gente, tan maravillosa y mezquina como nosotros mismos, de sus casas porque el gobernante de su país quiere construir otro gaseoducto en vez del mío. O porque tal otro país quiere lanzar una moneda capaz de desestabilizar el sacrosanto dolar, o porque no quiere operar en dólares. O mantener en el poder a los tiranos más sanguinarios porque me venden a mí sus tierras raras, o perpetuar a los señores de la guerra porque el coltan, como la esencia de Dune, tiene que manar a bajo precio.
Más allá de los efectos que pueda tener la inmigración a nivel de seguridad interior, mercado laboral, etc, una sociedad multicultural es una sociedad mucho más fragmentada y fácil de ser controlada. Una buena crisis de valores en un momento bien escogido te asegura al menos un par de décadas de desconcierto popular durante las que puedes hacer tu santa voluntad mientras la mayoría se pregunta si debe imitar a los que ya van con las manos en la cabeza y corriendo en círculos.
La resultante del resto fuerzas de un sistema suficientemente complejo, donde hay una fuerza dominante, puede fácilmente hacerse nula de manera difícil de percibir. Si el capitalismo se ha dado a sí mismo forma "democrática" es porque esta técnica la tienen más que dominada.
Al final, izquierdas contra derechas, progresistas contra conservadores, globalistas contra partidarios del estado-nación, religiosos contra ateos, feministas contra no-feministas... todos en minorías de uno. Mientras tanto los plutócratas de siempre mientiendo en todos los sistemas de valores existentes y con novedosas herramientas como el data-minning,
Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos,
un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
Para mí desmontar el capitalismo financiero y la llamada globalización es algo fundamental. La pena es que sólo alguien como Trump parece tener la intención de dar algún paso en esa dirección.
En cualquier caso, recordemos que si Trump acaba siendo Hitler. El periodo neoliberal que le ha precedido será recordado como esa República de Weimar que empujó al pueblo alemán a los brazos de Hitler.
Por no decir que el mal hace tiempo que está normalizado, Trump solo es menos hipócrita.
#3 positivo porque me parece inteligente la forma en la que has unido el neoliberalismo con la Republica de Weimar. No estoy de acuerdo, pero me parece una buena salida.
Esta palabra "opinión" hace meditar. Es la que emplea la dueña de casa para poner fin a una discusión que corre el peligro de agriarse. Sugiere que todos los pareceres son equivalentes, tranquiliza y da a los pensamientos una fisonomía inofensiva, asimilándolos a los gustos. Todos los gustos se dan en la naturaleza, todas las opiniones están permitidas; no hay que discutir sobre gustos, colores, opiniones. En nombre de las instituciones democráticas, en nombre de la libertad de opinión, el antisemita reclama el derecho de predicar dondequiera la cruzada antijudía. A la vez, habituados como estamos desde la Revolución Francesa a considerar cada objeto con espíritu analítico, es decir como un compuesto que puede separarse en sus elementos, miramos a personas y caracteres como mosaicos en que cada piedra coexiste con las otras sin que esta coexistencia la afecte en su naturaleza. Por eso la opinión antisemita se nos aparece como una molécula susceptible de entrar en combinación, sin alterarse, con cualquier otra clase de moléculas. Un hombre puede ser buen padre y buen marido, ciudadano escrupuloso, amante de las letras, filántropo y, además, antisemita. Puede ser aficionado a la pesca y a los placeres del amor, tolerante en materia religiosa, lleno de ideas generosas sobre la condición de los indígenas del África central y, además, aborrecer a los judíos.
Admitiría, en rigor, que se tenga una "opinión" sobre la política vinícola del gobierno, o sea que podamos decidirnos, basándonos en razones, a condenar o aprobar la libre importación de vinos de Argel: se trata, en tal caso, de dar un parecer sobre la administración de las cosas. Pero me niego a llamar opinión a una doctrina que apunta expresamente a determinadas personas y que tiende a suprimirles sus derechos o a exterminarlas. El judío, que el antisemita combate, no es un ser esquemático y definido solamente, por su función, como en el Derecho Administrativo; por su situación o por sus actos, como en el Código. Es un judío, hijo de judíos, que ptiede reconocerse por su físico, por, el color de su pelo, quizá por sus ropas y, según dicen, por su carácter. El antisemitismo no entra en la categoría de pensamientos protegidos por el derecho de libre opinión.
Jean-Paul Sartre - Reflexiones sobre la cuestión judía (1944)
El que escribió el artículo debiera saber que fue H. Arendt la que propuso el concepto de "banalización del mal" ligado a la sumión de los burócratas a las medidas de persecución de los judíos. Cualquier extensión de ese concepto y desde luego ligarlo a las medidas de Trump reflejan
( sin que yo quiera ser agresivo) un poco de ignorancia.
#7 pues eso he pensado yo, que ha cogido una frase hecha por una mujer enorme respetada por todos* y a prtir de ahi se ha escrito un articulo partidista que la señora Arendt habria criticado por parcial.
Solo se centra en la parte racial del discurso de Trump, pero se le olvida decir que Trump ha basado su campaña en decirle a la antigua clase media que ahora estan jodidos por culpa de una oligarquia culpable de todo, que hay que acabar con la globalizacion y con el comercio internacional, en descalificar a todo el que no piensa como el, en "decir las cosas claras aunque molesten a alguno", en usar las redes sociales para transmitir mensajes que simplifican los problemas... no vaya a ser que la gente piense que se parece mucho a lo que dice el-partido-mimado-por-su-periodico.
* menos por los que la criticaron en su momento por no entender lo que era evidente y ella se atrevio a decir
Pues yo tiendo al optimismo buenista. Entre Melania e Imperioso...
Ah, que comparar a Trump con Hitler sí está bien. Pero no a otros. Pues no. Yo comparo a Pablo Iglesias con Hitler. Sólo hay que cambiar banqueros por judíos usureros y es lo mismo.