La encrucijada para un joven español cualificado de entre 25 y 33 años es hoy dolorosamente clara: hacer las maletas en busca de un futuro profesional digno o resignarse a un mercado laboral que parece no tener un sitio para él. Esta disyuntiva, que marca a toda una generación, no es fruto de la casualidad, sino la consecuencia directa de un sistema económico que, sencillamente, ha dejado de necesitarlos. Se enfrentan a una elección forzada y amarga.
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Viven cómodamente con los padres sin responsabilidades. Así que podrían ahorrar.
Tiene sanidad garantizada
Tiene un sistema educativo público con lo que pueden formarse en lo que quieran, por no hablar de cursos de SEPE y similares, escuelas de idiomas, etc
Puede emprender negocios sin miedo a estafas ni abusos de funcionarios corruptos que los puedan meter en la cárcel sin motivo como en la época de Franco
Mis padres tuvieron que trabajar desde los 12 años… » ver todo el comentario
¿ Ha dicho alguna vez algo que tuviera sentido ?
Es un simple influencer, me parece a mí.