Hace 6 años | Por pablicius a fortune.com
Publicado hace 6 años por pablicius a fortune.com

La necesidad humana de seguridad (como parte de la pirámide de Maslow) y de interacción social es algo primario, que existe más allá de presiones competitivas, sindicatos, normativas gubernamentales, y tasa de desempleo. Esta desconexión entre necesidades humanas y las relaciones laborales que las atienden es uno de los costes que provoca el moderno mercado laboral. Y es uno de los motivos de la rabia que tan visible se hace en las elecciones que se celebran en todo el mundo industrializado. Traducción casi completa en comentario 1.

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pablicius

TRADUCCIÓN DEL ARTÍCULO

El relato de Dan Lyonsde su época en la empresa de software HubSpot describe un lugar de trabajo en el que los empleados son desechables, “tratados como si fuesen widgets que se usan y se eliminan”. Y HubSpot no es para nada una excepción: la descripción del entorno de trabajo en Amazon es solamente una más entre muchos casos simlares. Un número creciente de empresas ofrecen comida, futbolines y una jerga futurista para que los empleados no piensen en las largas horas de trabajo y la omnipresente inseguridad económica.

Si eso funciona, durante cuanto tiempo, es una cuestión sin resolver.

Por supuesto, para empezar, en la nueva economía cada vez menos empresas contrata a gente como Lyons como empleados. Muchos empleadores prefieren usar contratistas externos para una buena parte del trabajo de la empresa. Un reciente trabajo de los economistas laborales Lawrence Katz y Alan Krueger concluyó que la proporción de la fuerza laboral de Estados Unidos con acuerdos de trabajo no convencionales (trabajando para empresas de trabajo temporal o como contratistas independientes) creció en un 50% entre 2005 y 2015. Además, escribieron que “todo el crecimiento neto del empleo en Estados Unidos entre 2005 y 2015 parece venir de formas de empleo no convencional.”

Hay tres hechos importantes sobre las nuevas formas de contratación. Primero, las nuevas formas son de hecho viejas, muy parecidas a como se organizaba el trabajo antes de que se crearan las relaciones laborales modernas. Segundo, estas nuevas/viejas formas representan la evolución natural de las políticas de empresa, que empezó hace décadas, que le dicen a los empleados que no les deben nada salvo el salario prometido, y hacerles más empleables. Y tercero, al dejar a la gente que navegue básicamente sola por el mercado laboral contemporáneo, el acuerdo laboral quiebra una antigua e importante razón para trabajar: la oportunidad de ser parte de un grupo.

Las nuevas relaciones de hecho son viejas

Como numerosos historiadores del trabajo han documentado, antes de que hubiese grandes empresas contratando gente y usando elaborados protocolos de recursos humanos para reclutar, remunerar y formar, el trabajo lo hacían básicamente pequeños empresarios que usaban mano de obra familiar (como en las granjas), o mano de obra contratada para un determinado servicio.

La relación laboral moderna surgió sobre todo por el interés del propio empleador. Como document el economist de UCLA Sanford Jacoby en su libro Employing Bureaucracy, el control reglado de la mano de obra surgió como respuesta a las ineficiencias causadas por unas relaciones laborales caprichosas que alienaba a los empleados y acababa resultando cara. El libro de Jacoby Modern Manors detallaba como generosas compensaciones como vacaciones pagodas y planes de pensiones surgieron bajo un sistema llamado “capitalism del bienestar” como forma de evitar el sindicalismo y las normativas gubernamentales. Como ejemplo, los famosos sueldos de 5 dólares al día de Henry Ford junto a su reducción de jornada de 9 a 8 horas se implantaron porque Ford vio la necesidad de pagar más para retener a los trabajadores y asegurarse que se presentaban a trabajar. Su famosa línea de montaje no podia funcionar si había mucho absentismo.

Aunque haya mucha vigilancia por ordenador, y se presente en atractivas plantillas con los turnos, el uso actual de contratistas independientes que cobran por servicio representa una vuelta a los sistemas de contratación de hace 140 años, no es ninguna novedad de gestión.

Segundo, que los empleados se tengan que apañar solos es también algo antiguo. El número de empleadores que ofrecen algún tipo de seguridad al empleado (una política de no-despidos) ha bajado drásticamente. Lo que una vez fue una práctica citada por muchas empresa en su lista Es Un Gran Sitio Para Trabajar, ya casi no existe.
Hace décadas, los empleados de Silicon Valley y los demás sitios empezaron a decirle a los empleados que eran responsables de sus propias carreras. La empresa podia como mucho darles el sueldo y los beneficios prometidos, y tal vez darles unos puestos que mejorarían sus capacidades y por tanto su empleabilidad (tal vez en otra empresa).

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La idea de reciprocidad en las empresas (devolver la lealtad de los empleados con lealtad de la propia empresa con ellos) se ha acabado. La profesora de Carnegie-Mellon Denise Rousseau fue coautora de un estudio que decía que a los dos años de empezar en su empresa,más de la mitad de los entrevistados creía que los contratos psicológicos implícitos y explícitos con el empleador habían sido vulnerados. Una investigación del profesor de Virginia business school Peter Belmi y mío encontró que cuando a la gente le pregunta sobre su decisión de ser recíproco con la empresa o no, la respuesta depende de si creen estar en un contexto organizacional o interpersonal. La gente en un entorno organizacional era mucho menos propensa a dar reciprocidad.
Las compañías empezaron a desvincularse de sus empleados hace bastante. Lo que vemos hoy es solo una continuación de una tendencia de tratar a la gente como recursos humanos, como actives que se adquieren y se desechan en función de su rentabilidad.

¿Qué falta?

Lo que falta en el actual mercado de trabajo es un sentido de humanidad, como contraste al constante énfasis en la eficiencia, coste y productividad.

Los seres humanos son criaturas socials. Ansiamos compañerismo, buscamos ser parte de una comunidad, y nos desarrollamos con un apoyo social. No sorprende que el confinamiento solitario cada vez sea más atacado por ser cruel, un castigo excesivo. Las investigaciones dan una relación consistente entre apoyo social y salud, porque el apoyo social en el trabajo puede amortiguar los factores de stress y contribuye al bienestar físico y mental. Trabajar como autónomo para muchos empleadores puede separate de los compañeros de trabajo y de una comunidad que proporciona tanto satisfacción laboral como apoyo social.

El Papa Francisco lanzó un mensaje sobre vida familiar que reconoce la inhumanidad y lo destructive del trabajo moderno. Describe a las familias “bajo asedio” de las presiones de la vida moderna, dijo “en muchos casos los padres llegan a casa exhaustos, sin ganas de hablar, y muchas familias ya ni siquiera comen juntas.” Comentó que muchas familias “a menudo parecen tan ocupadas asegurando el future, que no disfrutan el presente”, una situación agravada por preocupaciones sobre su seguridad financiera y de empleo.

Y ahora qué

Como Jacoby y otros señalaron, el puesto de trabajo amable con sueldos altos, seguridad en el empleo, beneficios decentes y protección, se creó sobre todo por el deseo del empleador de controlar su propia operativa. Los empleadores no querían políticas derivadas de la negociación colectiva y normativas del gobierno. El decreciente papel de ambas en la economía contemporánea sin duda tiene mucho que ver en la evolución del modelo de trabajo.

Hoy, las empresas se enfrentan a un dilemma. Si ofrecen mejores condiciones, a partir de un cierto punto incurren en unos costes en los que su competencia no lo hace. La idea de igualar lo que hacen los demás (y no más) ha lanzado una carrera hacia abajo que parece pararse solamente cuando escasea la mano de obra o hay una acción política, como el establecimiento de salarios mínimos o vacaciones pagadas obligatorias.

Pero la necesidad humana de seguridad (como parte de la pirámide de Maslow) y de interacción social es algo primario, que existe más allá de presiones competitivas, sindicatos, normativas gubernamentales, y tasa de desempleo. Esta desconexión entre necesidades humanas y las relaciones laborales que las atienden es uno de los costes que provoca el moderno mercado laboral. Y es uno de los motivos de la rabia que tan visible se hace en las elecciones que se celebran en todo el mundo industrializado.

pablicius

Hola@stivi has votado duplicada, ¿me pones el enlace por favor?

D

#2 Me he colado (me confundí con la que está en portada sobre el fin del fin de semana). Te compenso con un positivo.

Mauro_Nacho

#4 El tema puede tener un parecido, pero la historia que cuenta no tiene ninguna relación.

Jangsun

(...) individual companies face a free-rider/collective action problem. If they offer a better deal, beyond a certain point the companies incur costs that their competitors do not.
Esto es un problema, entre otras cosas, porque a nadie le importa la calidad de los productos. Si la gente/gobiernos empezaran a reclamar cosas bien hechas, a las empresas no les quedaría mas remedio que tratar bien a los empleados para que estos estén comprometidos con los resultados.

pablicius

#6 Discutible. Como consumidor ¿te da igual que el producto por el que pagas sea bueno o malo? Al final se mezclan muchos temas; como en este caso, a propósito de tu comentario, el tema de quien tiene el dominio de los mercados, la demanda (los consumidores) o la oferta (la empresa).

No obstante, la correa de transmisión sería difusa. Que una exigencia de mayor calidad llevara a corto plazo a mejores condiciones laborales es como poco incierto. Está la tecnología cambiante, está la mundialización, está el hecho de que, pese a lo que dices, la calidad promedio es mayor que hace unos años...

Jangsun

#7 Pasa porque las cosas se hacen mal y no hay consecuencias. Por ejemplo un organismo publico subcontrata la seguridad informatica, los subcontratistas se lo dejan a un becario, al que pagan una miseria y obviamente se la trae al fresco lo que pase. Finalmente hay un problema gordo y el sistema informatico del organismo publico se va al garete. Y que pasa? Te lo digo yo: NADA. Es mas, probablemente la misma empresa se vuelva a llevar mas contratos con la administracion, no hay ninguna penalizacion. Si al pasar estas cosas vetaran a los chapuceros para futuros contratos y les demandaran indemnizacion por daños y perjuicios, ya te digo yo que al final las empresas se pensarian contratar a alguien en mejores condiciones, porque si no, se quedarian sin clientes y tendrian que pagar los costes de los daños provocados por su incompetencia. Pero como no hay consecuencias, siguen bajando salarios.
Esto aplica a todo tipo de sectores y todo tipo de empresas. Si hubiera consecuencias para el trabajo mal hecho, la cosa cambiaria, al menos a medio plazo.