Algunos de los asistentes a esta reunión del Sindicato de Vivienda de Carabanchel luchaban contra órdenes de desahucio o alquileres desorbitados. Otros habían perdido sus casas por ejecuciones hipotecarias. Una de las asistentes, Elsa Riquelme, describió su batalla de años para permanecer en el apartamento de casi 56 metros cuadrados donde crio a sus tres hijos, que ahora es propiedad de Blackstone, la mayor empresa de capital riesgo del mundo.
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