Hace 7 años | Por tonisegarra a eldiario.es
Publicado hace 7 años por tonisegarra a eldiario.es

Un ciudadano sin empleo puede ser susceptible de ser víctima de la aporofobia, el rechazo al pobre, con lo cual, los parados pasan a ser extranjeros de su propio país ya que se puede equiparar a un sin papeles con un "sin trabajo"

Comentarios

"Pues, mientras los más afortunados, no renuncien a favor de los menos afortunados"
Es normal que los afortunados no quieran renunciar a lo que tienen, pero para eso esta el estado, para que el que tiene mucho,contribuya proporcionalmente, al mantenimiento de los servicios públicos que son esenciales para el 100% de la población.

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Siempre será así, la vida es como es. Pues, mientras los más afortunados, no renuncien a favor de los menos afortunados, ¿cómo no puede haber una situación en que no haya pobreza?
Y por ese mismo hecho, de que no hay compasión por los menos afortunados, es preciso que las situaciones que provoca esa ausencia de compasión, generen las desigualdades, la explotación, la pobreza, la indiferencia ante el sufrimiento de los demás.
Aunque esto no es sólo en el ámbito económico; sino que, esto abarca a la totalidad de la vida, en todos los ámbitos. Porque el problema que tenemos, es un problema de relación, de ausencia de afecto, de cariño, de respeto a los otros, de ausencia de amor.