Para contar la historia de Emiliano Medina hay que remontarse a 2004, cuando Emi, como todo el mundo le conoce, se enamora de Elena, una mujer de origen peruano con la que, al poco tiempo, se va a vivir a un piso en el municipio madrileño de Alcobendas y con la que unos meses después tiene a su hijo Hugo.
Yo tengo un amigo que le pasó lo mismo, también con una peruana. El niño se lo llevó para allí y pese a tener juicio a su favor, no logró nada. Un par de viajes a Perú y tras gastarse un dinero, y viendo que no lograría mas que gastarse una fortuna, abandonó el tema, pero no olvidó.
Años mas tarde localizó a su hijo por Facebook, contactó, hablaron, su madre le había contado que su padre no había querido saber nada. El le enseñó las sentencias y los billetes de avión de sus viajes mas otros documentos. A los 16 años el chaval toma un avión y se planta en Madrid, donde lo fue a recoger el padre. Venía con una mano delante y otra atrás porque no le dijo a la madre que se iba. Hoy tiene 18 años, está realizando unos estudios que en Perú no podía hacer, y es la madre la que tiene que venir a verlo... cuando puede.
En este caso el niño tenia cabeza y vio que le habían engañado y con 16 años tuvo la sangre fría para abandonar a su madre y venirse con el padre (y su actual pareja que tiene un niño de una relación anterior).
Hoy en día hay que andar con cuidado con estas putadas que se hacen, porque se te pueden venir en contra. Y hay que tener paciencia y guardarlo todo.
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Yo tengo un amigo que le pasó lo mismo, también con una peruana. El niño se lo llevó para allí y pese a tener juicio a su favor, no logró nada. Un par de viajes a Perú y tras gastarse un dinero, y viendo que no lograría mas que gastarse una fortuna, abandonó el tema, pero no olvidó.
Años mas tarde localizó a su hijo por Facebook, contactó, hablaron, su madre le había contado que su padre no había querido saber nada. El le enseñó las sentencias y los billetes de avión de sus viajes mas otros documentos. A los 16 años el chaval toma un avión y se planta en Madrid, donde lo fue a recoger el padre. Venía con una mano delante y otra atrás porque no le dijo a la madre que se iba. Hoy tiene 18 años, está realizando unos estudios que en Perú no podía hacer, y es la madre la que tiene que venir a verlo... cuando puede.
En este caso el niño tenia cabeza y vio que le habían engañado y con 16 años tuvo la sangre fría para abandonar a su madre y venirse con el padre (y su actual pareja que tiene un niño de una relación anterior).
Hoy en día hay que andar con cuidado con estas putadas que se hacen, porque se te pueden venir en contra. Y hay que tener paciencia y guardarlo todo.
Nunca entenderé porqué las instituciones deben inmiscuirse en una disputa entre dos particulares, en este caso, la madre y el padre.