Al protagonista de Un ladrón, atrapado en el arcón de una tienda de Ourense al no saber que cerraba al mediodía
le ha sucedido lo mismo tan solo cuatro días más tarde. De nuevo intentaba robar en un comercio, de nuevo intenta esconderse en un lugar inverosímil (un arcón congelador en aquel supermercado que "no sabía que cerraba a mediodía", y un bidón en este segundo establecimiento), y de nuevo es cazado in fraganti (solo que, en esta ocasión, "costó trabajo poder sacarlo", según la Policía).
Comentarios
Que se meta en política.
Cada día que amanece, el número de tontos crece.
Yonkiman al ataque
casos aislados