En cada cónclave hay uno que sobresale por razones equivocadas. En este, nadie duda de quién fue. José Cobo, el lápiz menos afilado del estuche, se ganó el título con méritos propios. El contraste con figuras que, aun sin salir elegidas, dejaron huella —por su lucidez, su claridad doctrinal o su capacidad de hablar sin causar sonrojo— no puede ser más revelador. Y, si algo bueno dejó su bochorno, es que ningún cardenal sensato volverá a proponerlo como papable ni como referente pastoral. A veces, hasta el Espíritu Santo se ayuda de la torpeza
|
etiquetas: josé cobo , cardenal , estuche , lápiz menos afilado , león xiv