Indígenas de Brasil piden ayuda internacional para evitar más matanzas después de la presunta masacre de indígenas aislados y denuncian los recortes del Gobierno que han dejado sus territorios desprotegidos.
Los indígenas lo tienen complicado. Hay unos 900.000 indígenas, de Brasil, que pertenecen a 305 grupos étnicos y hablan 274 idiomas. De entre ellos, hay más de un centenar de pueblos indígenas aislados, una cifra que supone más de dos tercios de la población total mundial de tribus no contactadas. La mayoría de ellos viven en territorios indígenas, que suman más de 54,3 millones de hectáreas de selva protegida, el equivalente, por ejemplo, a la superficie de Francia. Todos estos territorios son vigilados únicamente por 19 equipos de la Funai (Fundación Nacional del Indio, que se supone que tienen que proteger a los pueblos indígenas aislados en Brasil frente a madereros y agroganaderos).
Y ahora el presidente brasileño, Michel Temer, que llegó al poder apoyado por el lobby ruralista-latifundista, amenaza incluso con desmantelar estas exiguas 19 unidades de protección. Están jodidos.
Es una tragedia lo que está ocurriendo. Obviamente en un país como Brasil necesitado de materias primas y de trabajo para su ingente carga demográfica en edad de trabajar, estas gentes arcanas y tribales tienen sus días contados.
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nytimes.comLos indígenas lo tienen complicado. Hay unos 900.000 indígenas, de Brasil, que pertenecen a 305 grupos étnicos y hablan 274 idiomas. De entre ellos, hay más de un centenar de pueblos indígenas aislados, una cifra que supone más de dos tercios de la población total mundial de tribus no contactadas. La mayoría de ellos viven en territorios indígenas, que suman más de 54,3 millones de hectáreas de selva protegida, el equivalente, por ejemplo, a la superficie de Francia. Todos estos territorios son vigilados únicamente por 19 equipos de la Funai (Fundación Nacional del Indio, que se supone que tienen que proteger a los pueblos indígenas aislados en Brasil frente a madereros y agroganaderos).
Y ahora el presidente brasileño, Michel Temer, que llegó al poder apoyado por el lobby ruralista-latifundista, amenaza incluso con desmantelar estas exiguas 19 unidades de protección. Están jodidos.
Es que precisamente son las empresas para las que trabajan algunos miembros del gobierno de Temer quienes asesinan a esos indigenas.
Es una tragedia lo que está ocurriendo. Obviamente en un país como Brasil necesitado de materias primas y de trabajo para su ingente carga demográfica en edad de trabajar, estas gentes arcanas y tribales tienen sus días contados.
#3 Tiene derecho a tener sus tierras y a gestionarlas como les parezca. Sobre todo porque estaban antes