Hace 6 meses | Por Delay a twitter.com
Publicado hace 6 meses por Delay a twitter.com

La guerrilla palestina asalta un puesto de vigilancia del régimen y elimina a todos los soldados israelíes. El ejército colonial israelí sólo sabe masacrar miles de criaturas, mujeres y hombres bombardeando desde altura o con un joystick desde un centro de pantallas.

Comentarios

c

#2 Pues igual que los otros imagno..¿no?

Supercinexin

Héroes. Y la entradilla tiene más razón que un santo.

NPC1

#4 1808-1813. La capital palentina cuando
“la santa Guerra de la Independencia”
Pedro-Miguel Barreda Marcos
Se han cumplido, primavera de 2008, dos siglos del levantamiento
madrileño contra Napoleón. El grito sacudió por los cuatro puntos cardinales la
conciencia española hasta convertirla en llamarada. Cien años adelante de aquel
despertar patriótico se especulará bastante menos sobre las raíces socio-políticas del acontecimiento e incluso en torno a sus causas históricas. Fue considerado el episodio como la santa Guerra de la Independencia por Cirilo Tejerina,
a la sazón concejal republicano en el Ayuntamiento palentino e impulsor de la
conmemoración.
Era común entonces el sentir de que luchar contra el francés había sido
excitado desde los púlpitos. Pocos desconocían las décimas de Bernardo López
que gritaban: Y suenan patrias canciones / cantando santos deberes / y van roncas las mujeres / empujando los cañones. Y más adelante: ¡Guerra! gritó ante el
altar / el sacerdote con ira. / ¡Guerra! repitió la lira / con indómito cantar...
El propio Tejerina manifestó que a Palencia no le cupo el honor de formar parte concretamente de los hechos gloriosos de la epopeya; sin embargo,
a él considerársele debe alma de la celebración. Oportuna, por lo tanto, es la
ocasión para evocar cómo se vivieron en la capital palentina aquellos tiempos,
aunque sea mediante unos apuntes1. Son los que ayudan a perfilar la sociedad
local de entonces.
Habrá que añadir que cien años después de las manifestaciones de Tejerina nadie califica ya de “santa” la Guerra de la Independencia. Ahora se contemplan los hechos reflexionando desde planteamientos distintos de cuanto, en
general, sintieron las palentinas gentes cuando las tropas galas se aposentaron
en España. Entonces se idealizaron los acontecimientos, sublimándolos casi la
fantasía popular. Evidente resulta que hoy no pocos investigadores pretenden lo
contrario escudriñando los rincones de los acontecimientos, sin parar mientes en
que no parece aconsejable ignorar los perfiles del tiempo por lejanos que resulten. No se ha de olvidar con qué motivos Napoleón había entrado en España. O
la esperpéntica cadena de abdicaciones en Bayona...
PITTM, 79, Palencia, 2008, pp. 99-154.
1 Ver Apéndice núm. 1, Publicaciones.

DOS CAPÍTULOS
Dejemos, empero, a un lado las especulaciones. Aquellos tiempos quedaron parcelados en el ámbito palentino en dos etapas diferenciadas entre sí:
*Desde la llegada de los franceses a Palencia hasta el fracaso de Torquemada, la primera.
*La segunda, cuando, liquidada la tan voluntariosa como efímera resistencia en la villa cerrateña, los galos pasaron sin eufemismos a ser considerados
fuerza ocupante de Palencia, a la que hicieron víctima de su implacable “ley de
guerra”. Hasta que en 1813 emprendieron el retorno a casa.
La contienda tuvo alternativas y los franceses, aunque regresaran a la
ciudad, tenían que salir con frecuencia porque eran requeridos para atender
objetivos bélicos abiertos en la región y otras veces, para solventar contratiempos. Entonces los afrancesados locales, acaso más exacto fuera llamarles
“paniaguados”, se convertían en víctimas de la ira de los patriotas. Los recelos
de las gentes devenían inevitables y trazaban los caminos para ciertas, y frecuentes, conductas sociales.
Aunque sea a cuenta de prescindir de la cronología, diremos que las
Actas Municipales de las sesiones celebradas por el Ayuntamiento los días 12 y
el 28 de enero de 1808 aportan, como valor informativo, datos para armar la
crónica de las jornadas precedentes y de las posteriores.
Sea el primer dato la lectura ofrecida en la sesión extraordinaria del 12
a los capitulares por el corregidor del Edicto y providencia de buen gobierno
dictado el día de ayer para el mejor servicio del público y auxilio de las tropas
que se hallan destinadas en la ciudad. Se prescribe la necesidad de establecer
rondas que vigilen y hagan observar la tranquilidad y el sosiego público, afirmación que evidencia que desde que los franceses cruzaron la frontera el instinto popular sentíase inquieto.
Se acuerda establecer cuatro rondas, formadas por los propios titulares
del Ayuntamiento. El corregidor –el alcalde años adelante– se ofrece para integrar una, especial, con el alguacil mayor. Las otras, denominadas rondas parroquiales, corresponden a las jurisdicciones eclesiales de San Antolín, San
Miguel, San Lázaro y Santa Marina. Igualmente, que conviniendo al mejor servicio y permanencia del alumbrado general del pueblo y para que no falte en
toda la noche, (...) se autoriza a los Sres. Comisarios del Alumbrado que diariamente se gaste en las farolas el aceite que sea necesario. Igualmente que, en
lo tocante a policía urbana, los Sres. Comisarios celarán como principal objeto
100 PEDRO-MIGUEL BARREDA MARCOS

de su cargo las plazas y sitios públicos; celarán también en sus respectivas
parroquias los Sres. Capitulares que han nombrado para las rondas.
Asimismo se da cuenta de la comunicación del intendente anunciando
el arribo a la ciudad de soldados galos, que vienen a acuartelarse. Avisa para
que no falle el abastecimiento de pan así para la tropa francesa como para el
pueblo. Se designa por último a quienes van a responsabilizarse de que las
calles se encuentren limpias2.
Y el Acta del 28, cuando se trata largamente del alojamiento de los franceses. Ya asoma la mención a la epidemia de sarna de que adolecen las tropas3.
¡Epidemia de sarna!... En la prosa documental de los acontecimientos se lee con
frecuencia la expresión, llamada a trazar coordenadas en el, sin eufemismos,
exigido comportamiento de Palencia con los ocupantes.
Compleja y extensa normativa la que el Concejo irá acordando con destino a una sociedad que, en términos generales, venía transitando con rutinario
respeto por las sendas habituales definidas por el acontecer diario. Los moradores eran pacíficos, respetuosos y hasta un tanto serviles, a la par que fatalistas.
Pero no obtusos. Los meses iniciales de 1808, a tenor de los relatos de las Actas
Municipales, resultan normales; se ocupan de las rozas del monte, elecciones de
oficios en la Municipalidad, el relevo anual en la presidencia de la Santa Hermandad, abastecimientos, etc.
Las Actas del Cabildo resultan también fecundamente informativas,
aunque vayamos a asomarnos con preferencia a las municipales, dejando advertido que pocas veces confirman que se alcanzara lo en ellas acordado...
LA CIUDAD, ENCLAVE MILITAR
Retornemos a la cronología, aunque hayamos de ocuparnos de cuestiones ya anticipadas. Habrá que comenzar señalando que el relieve de Palencia
venía determinado por su ubicación, que la convertía en nudo de comunicaciones con el Norte y el Noroeste. También, por ser punto de apoyo elegido por el
invasor, –todavía no era llamado así el soldado francés–, acuartelado en Valladolid, capital de la mayor importancia estratégica de cara a la proyectada invasión de Portugal, y punto neurálgico en la línea París-Madrid-Lisboa.
A pesar de estar amurallada, Palencia no era considerada plaza fuerte4.
LA CAPITAL PALENTINA CUANDO “LA SANTA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA” 101
2 Archivo del Ayuntamiento de Palencia, (AAP), Libro de Actas, sesión de 12-1-1808, ff. 6 v. y ss. 3 Ibídem, 28-1-1808, ff. 13 y ss. 4 Ver Apéndice núm. 2, Palencia.

Pasados, empero, los primeros hechos de armas, los franceses, aligerando estratégicamente la carga ejercida sobre Valladolid, pensaron en la capital
palentina también como hospital sin que perdiera la consideración inicial de
acuartelamiento. Por ello, cuando el sesgo de la guerra, de manera definitiva,
comenzó a irles mal y a presentarles un horizonte inevitable de retirada, se apresuraron los ocupantes, por ejemplo, a inutilizar del todo la fábrica de pólvora
existente aquí por donde el Batán de San Sebastián5.
Las primeras tropas francesas penetraron en España a mediados de octubre de 1807. Carlos IV, cuya falta de voluntad pone de relieve la Historia, aceptaba los hechos. El llamado “Pacto de Fontainebleau” permitía a Napoleón llegar a
Lisboa atravesando tierras hispanas. Para lograr el acuerdo “engarlitó” al monarca español con la promesa de repartir con él Portugal, cuando ya tenía proyectado hacerse con la Península entera6. Incluso argumentando que las tropas podrían
resultar insuficientes, el francés dispuso, 12 de noviembre de 1807, el envío de
refuerzos, –un segundo Ejército–, que entró en España vísperas de Navidad.
Se había decidido destinar a Palencia un contingente de 3.000 soldados
de a pie y 600 de caballería. La ciudad va a ser punto de apoyo del grueso de
Ejército francés acantonado en Valladolid. Se lo comunica el intendente al
corregidor el 11 de enero a fin de que se sirva facilitar que todos los abastos y
puntos de su inspección tengan los surtidos necesarios de buena calidad (...)
procurándose el mayor aseo y limpieza de las calles públicas y se exhorta a los
vecinos a que se conduzcan con estas tropas con todos los miramientos de atención y de urbanidad (...) El mismo día se sabe que ya están en camino 600 soldados de caballería, que vienen a acuartelarse7.
El Ayuntamiento hace ver que la ciudad no está preparada para responder a los proyectos franceses. En Valladolid, no obstante, determinan que se desplace a Palencia una guarnición para vigilar la llanura de Tierra de Campos...
Al día siguiente se reúne el Concejo –tenía la sede por Cuatro Cantones, en las llamadas Casas del Ayuntamiento, hoy el Casino, con entrada por
Don Sancho– y se da lectura del Edicto y providencia de buen gobierno (...)

cocolisto

Una población de 8 millones de habitantes con mucho poder destructor que tengan y miles e incluso millones de palestinos que asesinen la tiene perdida Israel y hamas lo sabe, como sabe todo el dolor y sufrimiento que costará que no es ni más ni menos que el que llevaban soportando durante años.

X

claramente están en guerra… tendrán respuesta y llorarán

estemenda

Me he fijado en que van todos descalzos

s

#6 para no hacer ruido.

NPC1

De la resistencia palentina a la resistencia palestina

estemenda

#3 Igual querías decir numantina en lugar de palentina roll

Casiopeo

Eliminan a uno, por lo que veo.

colipan

Israel Genocidas, debe desaparecer

b

Buenas noticias, unos hijosdeputa menos, todavía hay bastantes más.