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#1:
Traducción:
La Guardia Civil me detuvo y torturó diecinueve días antes de la inauguración
Ramon Piqué (Montcada i Reixac, 1962) es profesor titular de tecnologías de la traducción en la Universidad Autónoma de Barcelona, concejal por la CUP en el Ayuntamiento de Sant Cugat y presidente de la Asociación Memoria Contra la Tortura. Fue uno de los detenidos de la operación Garzón.
Antoni Bassas - ¿Qué hacía el año 92?
Ramon Piqué - Yo formaba parte de la plataforma Comité de Solidaridad con los Países Catalanes, que denunciaba la situación de los presos independentistas. También estaba al MDT, Movimiento de Defensa de la Tierra.
A.B. - Pertenecía a Terra Lliure?
R.P. - No.
A.B. - Entonces, ¿qué le pasó?
R.P. - En el año 92 parecía que todo el mundo estaba de acuerdo con los Juegos, pero no es verdad. Había sectores que los cuestionabamos por el intento de españolizarlas (en el 89 había habido una gran pitada al rey durante la inauguración del Estadio) y por lo que implicaba de construcción de una megaciudad. En ese contexto, el día 6 de julio del 92 la Guardia Civil me detuvo en Montcada i Reixac, donde había ido a ver a mis padres. Se me llevan de noche a Manresa, me acusan de pertenecer a Terra Lliure y me aplican la ley antiterrorista. En Manresa me tienen toda la noche atado en una tubería de la calefacción, agachado. Hacia las seis de la mañana, se me llevan a Madrid, la dirección general de la Guardia Civil, en Tres Cantos. Así que bajé y me dicen que ahora sabría lo que era bueno. Nos llevaron hacia una celda y lo primero que hice fue sentarme. Se abrió una mirilla de la celda y me llamaron que quien me había dado permiso, que me estuviera derecho. Estuve derecho unas 18 horas, hasta que me pusieron una bolsa de plástico en la cabeza y me llevaron a una celda de al lado, donde me decían que lo explicara todo. Evidentemente, yo no sabía qué querían saber. Recuerdo que me pegaban con una guía telefónica, porque me decían que eran miles de personas de Madrid. Ibas caminando y te daban empujones contra alguna columna, siempre con la bolsa en la cabeza. Intentaba respirar y el plástico se me pegaba en la boca. Ellos decían "la máquina de hablar". Al final te acabas inventando lo que quieren oír: que había quedado con una persona en el bar El Glaciar de la plaza Real y que la manera de conectarse estaba con el libro 'La caza del Octubre Rojo' (que yo nunca había leído). Sentía gritos en una celda y me decían que todos acababan hablando. Me hicieron coger unos cables eléctricos con las manos. A Pep Musté se los pusieron en la barriga y los conectaron. Conmigo no lo hicieron, pero psicológicamente me derrumbé. Me llevaron a la médico forense y me dijeron que si le decía nada de los golpes, sería peor. Sólo mirando la cara de espanto de la médico, me imaginé la mia. Tenía una fractura en el hueso de la cara, rotura de tímpano y varias señales a los brazos. Le conté los golpes, pero ninguno de los informes que realizó la mujer no sirvieron para abrir ninguna investigación. Y me llevaron ante el juez instructor, Baltasar Garzón.
A.B. - ¿Y qué le dijo?
R.P. - Me hacía tanto terror volver a bajar a los calabozos que le dije el relato que me había aprendido. Era muy irracional todo. Pero, al cabo de un momento, le digo que el resto es mentira porque me han hecho inventar la declaración y le explico las torturas del sótano.
A.B. - ¿Y qué le contesta?
R.P. - Que ya lo explicaría después. Garzón declaró mi prisión provisional eludible con fianza.
A.B. - ¿Cómo le afectó psicológicamente?
R.P. - Uf. Al cabo de cuatro días empezamos a salir en libertad provisional. Fui a un acto en Sabadell para denunciar los hechos. Era la primera vez que hablaba. Después de aquello ya no podía mirar a la cara a la gente.
A.B. - [Ramon Piqué se emociona y no puede continuar hablando.] Quiere que paremos?
R.P. - Sí, por favor.
[Paramos un momento la entrevista.]
R.P. - Relatar lo y compartirlo es bueno. Los agentes eran gente joven. Los escuchaba como hablaban de quedar para ir a cenar mientras eran capaces de hacer de verdugos. También recuerdo la abogada de oficio, que me dijo: "Claro, si no hicierais lo que haces ..."
A.B. - ¿Cómo vivió los 15 días de los Juegos?
R.P. - Ausente. No miré nada. Muchos años después, fui al Estadio Olímpico a acompañar una hija mía a un concierto. Para mí, los Juegos están vinculados a una experiencia brutal. Y, en cambio, sientes gente voluntaria que te lo cuenta como una alegría. Y es difícil de gestionar. Muy contradictorio.
A.B. - Debe de haber visto la imagen del arquero encendiendo el pebetero con una flecha.
R.P. - Lo he visto muchas veces, pero a mí no me emociona nada. Ya no lo veo con rencor, pero me cuesta ver cosas positivas. Me cuesta.
A.B. - ¿Qué hizo del 92 al 95?
R.P. - Me dediqué a denunciarlo, pero todo el mundo estaba tan contento de los Juegos que era como poner agua al vino. Los responsables eran Corcuera, Vera, Roldán, Garzón ... Todos han ido cayendo como un castillo de naipes. El Roldán dijo que mentíamos. Entré en contacto con Cristianos para la Abolición de la Tortura. Parecía que el caso moriría. Al juicio del 95 somos condenados. Denunciamos las torturas en la Audiencia Nacional y en la sentencia pide que se deduzca testimonio, que significa que se debería haber abierto otra causa de oficio. Y nunca se abrió. Y nos condenan por colaboración con banda armada. Meses después, la misma Audiencia Nacional que nos condena pide el indulto para todos.
A.B. - ¿Por qué?
R.P. - Terra Lliure ya se había disuelto, no creaba alarma social y nosotros no teníamos por qué quejarnos porque no estábamos en la cárcel, y las torturas nos las comemos. Pero el 97, dos años después del juicio, gran parte de los encausados intentamos que se ejecute la parte de sentencia que pedía que se dedujera testimonio y se investiguen las torturas. Y nos pusimos en manos del Sebastià Salellas, el padre del Benet. Lo volvieron a archivar. Y en un acto de los muchos que hacíamos por los pueblos, Pep Musté dijo "Si es necesario, vamos a ir a Estrasburgo". Era una frase de impotencia, pero le pedimos a Sebastià Salellas si podíamos ir a Estrasburgo. Se lo llevó y nos lo admitieron a trámite, moralmente era un reconocimiento, pero estábamos convencidos de que no saldría adelante. Y cuando en 2003 nos dicen que había vista oral en Estrasburgo no nos lo creíamos. Y, encima, ganamos.
A.B. - En 2004 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena el Reino de España por no haber investigado las torturas.
R.P. - Fue extraño. No éramos nosotros los procesados, era España. El gran argumento del abogado era que mentíamos para que toda la gente de grupos armados tiene la obligación de mentir. Un abogado del Estado dijo que, con el traslado de una cárcel a otra, los documentos se pierden. Finalmente sale la sentencia, que obliga al Estado a indemnizarnos pero no a investigar, que habría sido el más coherente que los hechos eran graves. Amnistía Internacional, que nos ignoró durante muchos años, cuando el caso estaba ganado en Estrasburgo vino a hablar para disculparse e incorporar el caso a sus dossiers.
A.B. - ¿Cómo vive este 25 aniversario?
R.P. - Me sorprendió que ya hubieran pasado 25 años! Y pensé que estaría bien que se pudiera hablar con serenidad. Los Juegos fueron muchas cosas y con el tiempo adquieres una perspectiva crítica necesaria. Nuestro caso de torturas no es el centro de lo que pasó, pero fue relevante y, desgraciadamente, no fue el último. Pero lo conseguimos llevar a Estrasburgo y ganar.
La Guardia Civil me detuvo y torturó diecinueve días antes de la inauguración
Ramon Piqué (Montcada i Reixac, 1962) es profesor titular de tecnologías de la traducción en la Universidad Autónoma de Barcelona, concejal por la CUP en el Ayuntamiento de Sant Cugat y presidente de la Asociación Memoria Contra la Tortura. Fue uno de los detenidos de la operación Garzón.
Antoni Bassas - ¿Qué hacía el año 92?
Ramon Piqué - Yo formaba parte de la plataforma Comité de Solidaridad con los Países Catalanes, que denunciaba la situación de los presos independentistas. También estaba al MDT, Movimiento de Defensa de la Tierra.
A.B. - Pertenecía a Terra Lliure?
R.P. - No.
A.B. - Entonces, ¿qué le pasó?
R.P. - En el año 92 parecía que todo el mundo estaba de acuerdo con los Juegos, pero no es verdad. Había sectores que los cuestionabamos por el intento de españolizarlas (en el 89 había habido una gran pitada al rey durante la inauguración del Estadio) y por lo que implicaba de construcción de una megaciudad. En ese contexto, el día 6 de julio del 92 la Guardia Civil me detuvo en Montcada i Reixac, donde había ido a ver a mis padres. Se me llevan de noche a Manresa, me acusan de pertenecer a Terra Lliure y me aplican la ley antiterrorista. En Manresa me tienen toda la noche atado en una tubería de la calefacción, agachado. Hacia las seis de la mañana, se me llevan a Madrid, la dirección general de la Guardia Civil, en Tres Cantos. Así que bajé y me dicen que ahora sabría lo que era bueno. Nos llevaron hacia una celda y lo primero que hice fue sentarme. Se abrió una mirilla de la celda y me llamaron que quien me había dado permiso, que me estuviera derecho. Estuve derecho unas 18 horas, hasta que me pusieron una bolsa de plástico en la cabeza y me llevaron a una celda de al lado, donde me decían que lo explicara todo. Evidentemente, yo no sabía qué querían saber. Recuerdo que me pegaban con una guía telefónica, porque me decían que eran miles de personas de Madrid. Ibas caminando y te daban empujones contra alguna columna, siempre con la bolsa en la cabeza. Intentaba respirar y el plástico se me pegaba en la boca. Ellos decían "la máquina de hablar". Al final te acabas inventando lo que quieren oír: que había quedado con una persona en el bar El Glaciar de la plaza Real y que la manera de conectarse estaba con el libro 'La caza del Octubre Rojo' (que yo nunca había leído). Sentía gritos en una celda y me decían que todos acababan hablando. Me hicieron coger unos cables eléctricos con las manos. A Pep Musté se los pusieron en la barriga y los conectaron. Conmigo no lo hicieron, pero psicológicamente me derrumbé. Me llevaron a la médico forense y me dijeron que si le decía nada de los golpes, sería peor. Sólo mirando la cara de espanto de la médico, me imaginé la mia. Tenía una fractura en el hueso de la cara, rotura de tímpano y varias señales a los brazos. Le conté los golpes, pero ninguno de los informes que realizó la mujer no sirvieron para abrir ninguna investigación. Y me llevaron ante el juez instructor, Baltasar Garzón.
A.B. - ¿Y qué le dijo?
R.P. - Me hacía tanto terror volver a bajar a los calabozos que le dije el relato que me había aprendido. Era muy irracional todo. Pero, al cabo de un momento, le digo que el resto es mentira porque me han hecho inventar la declaración y le explico las torturas del sótano.
A.B. - ¿Y qué le contesta?
R.P. - Que ya lo explicaría después. Garzón declaró mi prisión provisional eludible con fianza.
A.B. - ¿Cómo le afectó psicológicamente?
R.P. - Uf. Al cabo de cuatro días empezamos a salir en libertad provisional. Fui a un acto en Sabadell para denunciar los hechos. Era la primera vez que hablaba. Después de aquello ya no podía mirar a la cara a la gente.
A.B. - [Ramon Piqué se emociona y no puede continuar hablando.] Quiere que paremos?
R.P. - Sí, por favor.
[Paramos un momento la entrevista.]
R.P. - Relatar lo y compartirlo es bueno. Los agentes eran gente joven. Los escuchaba como hablaban de quedar para ir a cenar mientras eran capaces de hacer de verdugos. También recuerdo la abogada de oficio, que me dijo: "Claro, si no hicierais lo que haces ..."
A.B. - ¿Cómo vivió los 15 días de los Juegos?
R.P. - Ausente. No miré nada. Muchos años después, fui al Estadio Olímpico a acompañar una hija mía a un concierto. Para mí, los Juegos están vinculados a una experiencia brutal. Y, en cambio, sientes gente voluntaria que te lo cuenta como una alegría. Y es difícil de gestionar. Muy contradictorio.
A.B. - Debe de haber visto la imagen del arquero encendiendo el pebetero con una flecha.
R.P. - Lo he visto muchas veces, pero a mí no me emociona nada. Ya no lo veo con rencor, pero me cuesta ver cosas positivas. Me cuesta.
A.B. - ¿Qué hizo del 92 al 95?
R.P. - Me dediqué a denunciarlo, pero todo el mundo estaba tan contento de los Juegos que era como poner agua al vino. Los responsables eran Corcuera, Vera, Roldán, Garzón ... Todos han ido cayendo como un castillo de naipes. El Roldán dijo que mentíamos. Entré en contacto con Cristianos para la Abolición de la Tortura. Parecía que el caso moriría. Al juicio del 95 somos condenados. Denunciamos las torturas en la Audiencia Nacional y en la sentencia pide que se deduzca testimonio, que significa que se debería haber abierto otra causa de oficio. Y nunca se abrió. Y nos condenan por colaboración con banda armada. Meses después, la misma Audiencia Nacional que nos condena pide el indulto para todos.
A.B. - ¿Por qué?
R.P. - Terra Lliure ya se había disuelto, no creaba alarma social y nosotros no teníamos por qué quejarnos porque no estábamos en la cárcel, y las torturas nos las comemos. Pero el 97, dos años después del juicio, gran parte de los encausados intentamos que se ejecute la parte de sentencia que pedía que se dedujera testimonio y se investiguen las torturas. Y nos pusimos en manos del Sebastià Salellas, el padre del Benet. Lo volvieron a archivar. Y en un acto de los muchos que hacíamos por los pueblos, Pep Musté dijo "Si es necesario, vamos a ir a Estrasburgo". Era una frase de impotencia, pero le pedimos a Sebastià Salellas si podíamos ir a Estrasburgo. Se lo llevó y nos lo admitieron a trámite, moralmente era un reconocimiento, pero estábamos convencidos de que no saldría adelante. Y cuando en 2003 nos dicen que había vista oral en Estrasburgo no nos lo creíamos. Y, encima, ganamos.
A.B. - En 2004 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena el Reino de España por no haber investigado las torturas.
R.P. - Fue extraño. No éramos nosotros los procesados, era España. El gran argumento del abogado era que mentíamos para que toda la gente de grupos armados tiene la obligación de mentir. Un abogado del Estado dijo que, con el traslado de una cárcel a otra, los documentos se pierden. Finalmente sale la sentencia, que obliga al Estado a indemnizarnos pero no a investigar, que habría sido el más coherente que los hechos eran graves. Amnistía Internacional, que nos ignoró durante muchos años, cuando el caso estaba ganado en Estrasburgo vino a hablar para disculparse e incorporar el caso a sus dossiers.
A.B. - ¿Cómo vive este 25 aniversario?
R.P. - Me sorprendió que ya hubieran pasado 25 años! Y pensé que estaría bien que se pudiera hablar con serenidad. Los Juegos fueron muchas cosas y con el tiempo adquieres una perspectiva crítica necesaria. Nuestro caso de torturas no es el centro de lo que pasó, pero fue relevante y, desgraciadamente, no fue el último. Pero lo conseguimos llevar a Estrasburgo y ganar.
#7:
Si alguien ha leído "Patria" ,la novela de Fernando Aramburu ambientada en Euskadi, le sonará la parte de la tortura. Los testimonios en los que se basa Aramburu describen un modus operandi calcado al que cuenta este pobre señor: detención, horas y horas de pie en la celda, bolsa en la cabeza y luego hostias como panes en Madrid, junto con el quiebre del preso para que "confiese" lo que le dicen, todo sumado a la inoperancia de forense y juez. Esto me hace pensar que es evidente la existencia de una cultura de la tortura, basada en la impunidad y en el sentido de urgencia presente en la época de actividad terrorista en España. Preocupa saber que dichas dinámicas no se extinguen por si solas, sino que -si no se afrontan- tienden a pervivir. En resumen, que me creo que en España se torture habitualmente y me creo más aun que no haya ningún interés en investigar, procesar y condenar a los responsables.
#35:
#7 Yo escuché de un caso en Burgos increíblemente absurdo de dos amigos punkis de un amigo que les detuvieron por absolutamente nada (discutir 15 segundos con un segurata, pero sólo eso). A la chica no le hicieron nada pero a su pareja le dieron tres palizas las tres noches que pasó en el calabozo. No le quedaron secuelas físicas graves y permanentes, pero moratones tenía para que te durmieras contándolos. Fueron a un abogado y les dijo que era habitual que pasaran esas cosas y les recomendó no denunciar ya que había un 75% de posibilidades de que acabasen ellos pagando las costas y las posibilidades de condena de los policías eran absurdamente bajas. Fue en el 2003.
Es absolutamente evidente que la policía española tortura a la gente que ellos consideran que son parias o débiles (o no les gusta su aspecto). El que no quiera verlo es porque no quiere.
Es absolutamente evidente que la policía española tortura a la gente que ellos consideran que son parias o débiles (o no les gusta su aspecto). El que no quiera verlo es porque no quiere.
#18:
#7 Cuando hablas con gente de una cierta edad, te queda claro que los modos de los grises tardaron en extinguirse.
En 1975 se muere Franco, pero hasta 1978 no tenemos Constitución y hasta 1982 no gana el PSOE y un año un golpe de Estado. Pensad en los GRAPO, ETA y la epidemia de heroína y robos y atracos por doquier.
España cambió muy rápido entre 1982 y 1992 y aún más entre 1992 y 2002 (el Euro).
Gente como Villarejo, entro en la Policía en los 70, y en los 90 podían tener solo 40 años, buena edad para controlar el cotarro. La buena noticia es que hoy esos comportamientos nos parecen inaceptables y hasta se investigan y se condenan.
En 1975 se muere Franco, pero hasta 1978 no tenemos Constitución y hasta 1982 no gana el PSOE y un año un golpe de Estado. Pensad en los GRAPO, ETA y la epidemia de heroína y robos y atracos por doquier.
España cambió muy rápido entre 1982 y 1992 y aún más entre 1992 y 2002 (el Euro).
Gente como Villarejo, entro en la Policía en los 70, y en los 90 podían tener solo 40 años, buena edad para controlar el cotarro. La buena noticia es que hoy esos comportamientos nos parecen inaceptables y hasta se investigan y se condenan.
Comentarios
Traducción:
La Guardia Civil me detuvo y torturó diecinueve días antes de la inauguración
Ramon Piqué (Montcada i Reixac, 1962) es profesor titular de tecnologías de la traducción en la Universidad Autónoma de Barcelona, concejal por la CUP en el Ayuntamiento de Sant Cugat y presidente de la Asociación Memoria Contra la Tortura. Fue uno de los detenidos de la operación Garzón.
Antoni Bassas - ¿Qué hacía el año 92?
Ramon Piqué - Yo formaba parte de la plataforma Comité de Solidaridad con los Países Catalanes, que denunciaba la situación de los presos independentistas. También estaba al MDT, Movimiento de Defensa de la Tierra.
A.B. - Pertenecía a Terra Lliure?
R.P. - No.
A.B. - Entonces, ¿qué le pasó?
R.P. - En el año 92 parecía que todo el mundo estaba de acuerdo con los Juegos, pero no es verdad. Había sectores que los cuestionabamos por el intento de españolizarlas (en el 89 había habido una gran pitada al rey durante la inauguración del Estadio) y por lo que implicaba de construcción de una megaciudad. En ese contexto, el día 6 de julio del 92 la Guardia Civil me detuvo en Montcada i Reixac, donde había ido a ver a mis padres. Se me llevan de noche a Manresa, me acusan de pertenecer a Terra Lliure y me aplican la ley antiterrorista. En Manresa me tienen toda la noche atado en una tubería de la calefacción, agachado. Hacia las seis de la mañana, se me llevan a Madrid, la dirección general de la Guardia Civil, en Tres Cantos. Así que bajé y me dicen que ahora sabría lo que era bueno. Nos llevaron hacia una celda y lo primero que hice fue sentarme. Se abrió una mirilla de la celda y me llamaron que quien me había dado permiso, que me estuviera derecho. Estuve derecho unas 18 horas, hasta que me pusieron una bolsa de plástico en la cabeza y me llevaron a una celda de al lado, donde me decían que lo explicara todo. Evidentemente, yo no sabía qué querían saber. Recuerdo que me pegaban con una guía telefónica, porque me decían que eran miles de personas de Madrid. Ibas caminando y te daban empujones contra alguna columna, siempre con la bolsa en la cabeza. Intentaba respirar y el plástico se me pegaba en la boca. Ellos decían "la máquina de hablar". Al final te acabas inventando lo que quieren oír: que había quedado con una persona en el bar El Glaciar de la plaza Real y que la manera de conectarse estaba con el libro 'La caza del Octubre Rojo' (que yo nunca había leído). Sentía gritos en una celda y me decían que todos acababan hablando. Me hicieron coger unos cables eléctricos con las manos. A Pep Musté se los pusieron en la barriga y los conectaron. Conmigo no lo hicieron, pero psicológicamente me derrumbé. Me llevaron a la médico forense y me dijeron que si le decía nada de los golpes, sería peor. Sólo mirando la cara de espanto de la médico, me imaginé la mia. Tenía una fractura en el hueso de la cara, rotura de tímpano y varias señales a los brazos. Le conté los golpes, pero ninguno de los informes que realizó la mujer no sirvieron para abrir ninguna investigación. Y me llevaron ante el juez instructor, Baltasar Garzón.
A.B. - ¿Y qué le dijo?
R.P. - Me hacía tanto terror volver a bajar a los calabozos que le dije el relato que me había aprendido. Era muy irracional todo. Pero, al cabo de un momento, le digo que el resto es mentira porque me han hecho inventar la declaración y le explico las torturas del sótano.
A.B. - ¿Y qué le contesta?
R.P. - Que ya lo explicaría después. Garzón declaró mi prisión provisional eludible con fianza.
A.B. - ¿Cómo le afectó psicológicamente?
R.P. - Uf. Al cabo de cuatro días empezamos a salir en libertad provisional. Fui a un acto en Sabadell para denunciar los hechos. Era la primera vez que hablaba. Después de aquello ya no podía mirar a la cara a la gente.
A.B. - [Ramon Piqué se emociona y no puede continuar hablando.] Quiere que paremos?
R.P. - Sí, por favor.
[Paramos un momento la entrevista.]
R.P. - Relatar lo y compartirlo es bueno. Los agentes eran gente joven. Los escuchaba como hablaban de quedar para ir a cenar mientras eran capaces de hacer de verdugos. También recuerdo la abogada de oficio, que me dijo: "Claro, si no hicierais lo que haces ..."
A.B. - ¿Cómo vivió los 15 días de los Juegos?
R.P. - Ausente. No miré nada. Muchos años después, fui al Estadio Olímpico a acompañar una hija mía a un concierto. Para mí, los Juegos están vinculados a una experiencia brutal. Y, en cambio, sientes gente voluntaria que te lo cuenta como una alegría. Y es difícil de gestionar. Muy contradictorio.
A.B. - Debe de haber visto la imagen del arquero encendiendo el pebetero con una flecha.
R.P. - Lo he visto muchas veces, pero a mí no me emociona nada. Ya no lo veo con rencor, pero me cuesta ver cosas positivas. Me cuesta.
A.B. - ¿Qué hizo del 92 al 95?
R.P. - Me dediqué a denunciarlo, pero todo el mundo estaba tan contento de los Juegos que era como poner agua al vino. Los responsables eran Corcuera, Vera, Roldán, Garzón ... Todos han ido cayendo como un castillo de naipes. El Roldán dijo que mentíamos. Entré en contacto con Cristianos para la Abolición de la Tortura. Parecía que el caso moriría. Al juicio del 95 somos condenados. Denunciamos las torturas en la Audiencia Nacional y en la sentencia pide que se deduzca testimonio, que significa que se debería haber abierto otra causa de oficio. Y nunca se abrió. Y nos condenan por colaboración con banda armada. Meses después, la misma Audiencia Nacional que nos condena pide el indulto para todos.
A.B. - ¿Por qué?
R.P. - Terra Lliure ya se había disuelto, no creaba alarma social y nosotros no teníamos por qué quejarnos porque no estábamos en la cárcel, y las torturas nos las comemos. Pero el 97, dos años después del juicio, gran parte de los encausados intentamos que se ejecute la parte de sentencia que pedía que se dedujera testimonio y se investiguen las torturas. Y nos pusimos en manos del Sebastià Salellas, el padre del Benet. Lo volvieron a archivar. Y en un acto de los muchos que hacíamos por los pueblos, Pep Musté dijo "Si es necesario, vamos a ir a Estrasburgo". Era una frase de impotencia, pero le pedimos a Sebastià Salellas si podíamos ir a Estrasburgo. Se lo llevó y nos lo admitieron a trámite, moralmente era un reconocimiento, pero estábamos convencidos de que no saldría adelante. Y cuando en 2003 nos dicen que había vista oral en Estrasburgo no nos lo creíamos. Y, encima, ganamos.
A.B. - En 2004 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena el Reino de España por no haber investigado las torturas.
R.P. - Fue extraño. No éramos nosotros los procesados, era España. El gran argumento del abogado era que mentíamos para que toda la gente de grupos armados tiene la obligación de mentir. Un abogado del Estado dijo que, con el traslado de una cárcel a otra, los documentos se pierden. Finalmente sale la sentencia, que obliga al Estado a indemnizarnos pero no a investigar, que habría sido el más coherente que los hechos eran graves. Amnistía Internacional, que nos ignoró durante muchos años, cuando el caso estaba ganado en Estrasburgo vino a hablar para disculparse e incorporar el caso a sus dossiers.
A.B. - ¿Cómo vive este 25 aniversario?
R.P. - Me sorprendió que ya hubieran pasado 25 años! Y pensé que estaría bien que se pudiera hablar con serenidad. Los Juegos fueron muchas cosas y con el tiempo adquieres una perspectiva crítica necesaria. Nuestro caso de torturas no es el centro de lo que pasó, pero fue relevante y, desgraciadamente, no fue el último. Pero lo conseguimos llevar a Estrasburgo y ganar.
#0 #1 Tienes mi meneo y mi positivo por la traducción, pero no le auguro mucho futuro a esta noticia aquí en Menéame. Suerte.
#2 Pues ha tenido sus 5 minutos de gloria en portada. Obviamente no ha durado mucho más que eso. Hay mucho facha encubridor por aquí.
#1 Yo tampoco creo que llegue a " portada " una noticia del 92
Pero, también es verdad que una >limpieza< no viene nunca mal
#1 ¿Policía española torturando? Reabridores de heridas
#8 No como los mossos, que tienen un trato exquisito al detenido...
#11 No lo dudo, Cataluña forma parte del Estado conocido como España, y es la tradición del lugar.
#14 Claro cuando interesa policia española incluye a los Mossos... Claro, claro...
#15 ¿Es España o no es España? Lo mismo que los Ertzschnainas
#15 teniendo en cuenta que no pocos miembros de CME son picoletos y maderos rebotados, tampoco extraña que pasen cosas 'raras'
#11 En Cataluña salieron un montón de casos de malos tratos a partir del momento que en el primer tripartito se pusieron cámaras en las comisarías. Al cabo de un tiempo las cámaras dejaron de grabar palizas y la cantidad de denuncias disminuyó.
Los media se dedicaron a repetir que los mossos zurraban muchísimo más que los otros cuerpos cuando de lo que teníamos evidencia era que se perseguía más este tipo de prácticas. Todavía se esperan cámaras en las comisarías de la benemérita y otros cuerpos.
#8 ¿El tan aclamado Garzón siendo complice? ¡Nom he lopuedo creher!
Si alguien ha leído "Patria" ,la novela de Fernando Aramburu ambientada en Euskadi, le sonará la parte de la tortura. Los testimonios en los que se basa Aramburu describen un modus operandi calcado al que cuenta este pobre señor: detención, horas y horas de pie en la celda, bolsa en la cabeza y luego hostias como panes en Madrid, junto con el quiebre del preso para que "confiese" lo que le dicen, todo sumado a la inoperancia de forense y juez. Esto me hace pensar que es evidente la existencia de una cultura de la tortura, basada en la impunidad y en el sentido de urgencia presente en la época de actividad terrorista en España. Preocupa saber que dichas dinámicas no se extinguen por si solas, sino que -si no se afrontan- tienden a pervivir. En resumen, que me creo que en España se torture habitualmente y me creo más aun que no haya ningún interés en investigar, procesar y condenar a los responsables.
#7 Cuando hablas con gente de una cierta edad, te queda claro que los modos de los grises tardaron en extinguirse.
En 1975 se muere Franco, pero hasta 1978 no tenemos Constitución y hasta 1982 no gana el PSOE y un año un golpe de Estado. Pensad en los GRAPO, ETA y la epidemia de heroína y robos y atracos por doquier.
España cambió muy rápido entre 1982 y 1992 y aún más entre 1992 y 2002 (el Euro).
Gente como Villarejo, entro en la Policía en los 70, y en los 90 podían tener solo 40 años, buena edad para controlar el cotarro. La buena noticia es que hoy esos comportamientos nos parecen inaceptables y hasta se investigan y se condenan.
#18 Esos comportamientos no parecen nada, la gente los ignora y no les interesa, la sociedad española estuvo bajo estudio cuando los atentados del metro de Madrid, no hubo conmoción, ni reacción alguna, salvo las típicas chorradas de hacer monumentos y plantar arbolitos.
#7 Esto me hace pensar que es evidente la existencia de una cultura de la tortura, basada en la impunidad y en el sentido de urgencia presente en la época de actividad terrorista en España.
Pero esa misma "urgencia por la actividad terrorista", y muy similares técnicas de interrogatorio se aplicaba muchos años después a detenidos por tráfico de drogas en Galicia, que eran trasladados a la Audiencia Nacional y puestos a disposición de ese mismo juez (al que muchos por aquí, defienden...), que tenía pleno conocimiento de los métodos de interrogatorio que se aplicaban en el mismo furgón que trasladaba a los detenidos "engrilletados, de rodillas y recibiendo palos y amenazas" durante todo el trayecto desde la costa gallega a Madrid.
Y cuando hablas con alguno de los agentes que estaban al servicio de ese juez instructor, una parte de ellos te dicen cosas como: "qué quieres que les lleváramos entre algodones?? había que meterles el miedo en el cuerpo, cansarles en lo físico y lo psicológico, eran traficantes joder!!" y otro te dicen que no podían hacer otra cosa que seguir a los compañeros que ya llevaban tiempo en esos operativos... que no veían correcto que se les transportase de esa forma, que no se parara para que hiciesen sus necesidades porque el hecho de hacérselo encima les debilitaba la psique y eso era lo que querían los que les interrogaban en Madrid.
"A veces el olor del interior del furgón al llegar a la capital, no se distinguía mucho del de los camiones de cerdos que nos cruzábamos por el camino"... y otras lindezas que se hacían con el conocimiento de ese juez (conozco a unos cuantos que se lo dijeron en el primer interrogatorio y pasó de ellos y de lo que decían), casi a finales de los 90.
#7 Yo escuché de un caso en Burgos increíblemente absurdo de dos amigos punkis de un amigo que les detuvieron por absolutamente nada (discutir 15 segundos con un segurata, pero sólo eso). A la chica no le hicieron nada pero a su pareja le dieron tres palizas las tres noches que pasó en el calabozo. No le quedaron secuelas físicas graves y permanentes, pero moratones tenía para que te durmieras contándolos. Fueron a un abogado y les dijo que era habitual que pasaran esas cosas y les recomendó no denunciar ya que había un 75% de posibilidades de que acabasen ellos pagando las costas y las posibilidades de condena de los policías eran absurdamente bajas. Fue en el 2003.
Es absolutamente evidente que la policía española tortura a la gente que ellos consideran que son parias o débiles (o no les gusta su aspecto). El que no quiera verlo es porque no quiere.
#0 dupe? 25 años de las denuncias de torturas a independentistas acusados de pertenecer a Terra Lliure por el juez Garzón [CAT]
25 años de las denuncias de torturas a independent...
vilaweb.catLos mercaderes ocuparon mi templo y me aplicaron ley antiterrorista...
#4 Evaristo, ¿una timba?
#4
#36 ¡El vídeo no está disponible!
#37 Mejor para ti. Es un video que ha sido aprobado por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
#38 Seres de luz de en uniformes...
#39 ¿Como cuando ves una luz al final del túnel y es una linterna policial?
#40 Si no has hecho nada malo no tienes nada que temer, ¿no es eso?
La policía torturar?? No? En serio??
#33 Justo es así como se hace
Luego se ha de insistir en la gravedad de los hechos incidiendo en que la independencia acabaría seguro con estas cosas que podrían pasarle a cualquiera
Pues lo normal en la puta guardia civil, poner multas y torturar, lo llevan haciendo desde hace tanto...
#5 Cuerpo represivo since 1844
#44 no criminalizo a 150.000 agentes, no seas corporativista, pongo la sombra de la sospecha sobre esos capitanotes, esos coronelotes y esos generalotes que mirar para otro lado ante las torturas, la corrupción y el acoso sexista o de abuso de poder en la guardia civil y policía, aunque una cosa si te voy a reconocer, si parece que se está haciendo algo mas y desde dentro se está haciendo la purga necesaria, pero en la GC y policía, la corrupción y la tortura ha de ser 0.
#42 No se como podéis decir FFCCSSEE sin llenarlo todo de babas.
Hechos aislados pero muy significativos, gravísimos, y sentenciados en los tribunales, no les quites importancia. Con la complicidad de jueces, fiscales y abogados. Muy vomitivo todo. Los mas pro-pikoletos deberías ser los mas beligerantes con estas practicas que provocan el descrédito del cuerpo y los mas interesados en depurar a los torturadores. Tu no, tu desmientes o minimizas.
La mierda se la echa encima la GC ella solita, cuando no pone los medios para erradicar esas practicas criminales o se le cuelan indeseables asesinos como el loco de Malaga.
#43 Casos aislados.... Criminalizas a más de 150.000 agentes de policía por unos cuantos hechos ...
Como diría Sánchez... hay que mirar hacia delante (modo irónico).
Mas alpiste para calentar el butifarrendum
Como el enemigo no es una dictadura hay que asociarla con lo que sea para ganar adeptos
Luego si el contrario se menciona el terrorismo independentista se dice que no existió o que luchaban contra Franco o que ya no matan hace mucho y solucionado
#31 Huis sí, los miles de muertos provocados por Terra Lliure ...
Buena historia pero no me la creo...
#20 que no te crees, esta historia o que la GC torture?
#30 Ambas, que se produzcan hechos aislados no es para echar mierda a un cuerpo que hace una gran labor...hay mucho listillo que aprovecha lo más mínimo para echar mierda a las FFCCSSEE.
Y claro, esto justifica que lo prioritario sea recortar soberanía y derechos al pueblo español, y meter el palo en la rueda todo un puto año entero de elecciones generales en las que el PP podría haber sido desalojado, si las prioridades hubieran sido otras. Lo mas gracioso es que nos dejan tirados con la caverna o como lo quieras llamar, mientras ellos se abrazan a la eterna y connivente burguesía catalana, otrora grandeza de España.
Yo esta moto no la compro.
#23 La burguesía encubrió las torturas, listo. Una tertulia de Catalunya Ràdio que trató el tema fue censurada. Está grabada y la puedes encontrar por internet pero no se emitió. Pujol era cómplice.
#24 Han sido cómplices, claro, es lo que digo. Por eso he dicho que son conniventes, como lo fueron con Franco y toda la ristra anterior. Por eso es gracioso que ahora sean su mejor línea de defensa contra el maligno pueblo español.
Invent.
Suena a INVENT que tira para atrás.
#13 Pues fue tan fantasioso y mal hecho que España fue condenada por ello.