Muchas de las medidas de austeridad en Grecia se aprueban vulnerando los propios procedimientos del Derecho constitucional griego y suspendiendo derechos humanos.La disyuntiva ante la que se encuentra Grecia es realmente complicada: tener que elegir uno de los rostros del estado de excepción.
Es increíble lo que están aguantando Tsipras , Varoufakis y compañía. Nadie pensaba que plantarían cara de una manera tan tenaz e inteligente. Por cierto que de la política interior que están aplicando en Grecia se habla poco, ¿por qué será?
Que por fin se pretenda priorizar las necesidades sociales sobre las del capital es una buena noticia. Lo que no es tan bueno es basar esa actuación en préstamos del exterior en lugar de empezar por trabajar en los problemas internos que han llevado al país a su situación actual. La productividad de la sociedad, la disciplina en el pago de impuestos, la corrupción, el despilfarro en la maquinaría pública, la inviabilidad del sistema de pensione (que por cierto los tienen otros países Europeos), etc. son problemas que deben ocupar a sus nuevos mandatarios. Sin mejorar esos problemas de nada servirán las recetas de los acreedores ni las medidas de gasto del nuevo gobierno.
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Es increíble lo que están aguantando Tsipras , Varoufakis y compañía. Nadie pensaba que plantarían cara de una manera tan tenaz e inteligente. Por cierto que de la política interior que están aplicando en Grecia se habla poco, ¿por qué será?
Que por fin se pretenda priorizar las necesidades sociales sobre las del capital es una buena noticia. Lo que no es tan bueno es basar esa actuación en préstamos del exterior en lugar de empezar por trabajar en los problemas internos que han llevado al país a su situación actual. La productividad de la sociedad, la disciplina en el pago de impuestos, la corrupción, el despilfarro en la maquinaría pública, la inviabilidad del sistema de pensione (que por cierto los tienen otros países Europeos), etc. son problemas que deben ocupar a sus nuevos mandatarios. Sin mejorar esos problemas de nada servirán las recetas de los acreedores ni las medidas de gasto del nuevo gobierno.