Las llamas forestales se declaraban apagadas en 34 horas en los primeros veinte años de registros, pero ahora se demoran mucho más. España se enfrenta de nuevo a la amenaza de los grandes incendios, con casos como recientes los de Ávila (las 2.800 hectáreas afectadas de Las Hurdes y las 2.200 del Valle del Tiétar) o los anteriores de Lleida, con dos fallecidos (5.600 hectáreas arrasadas), y Tarragona (3.300 hectáreas, la mitad dentro del Parque Natural dels Ports).
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