El Phi, un superyate ruso valorado en US$50 millones, fue diseñado para navegar por las aguas del Mediterráneo y el Caribe. Pero, en lugar de eso, la embarcación de 59 metros de eslora lleva más de tres años retenida en Londres tras ser incautada al culminar su primer viaje. Es uno de más de una decena de superyates rusos retenidos en distintas partes del mundo tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. Varios de ellos han generado enormes complicaciones legales y financieras a los gobiernos responsables de su detención.
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Ya que se los hemos confiscado a los empresarios de una horrible dictadura asesina, la menos que sirvan para algo bonito y alineado con los Valores Europedos.
Trump igual no le hace ascos a alguno.