Para la patronal de trabajo, el modelo es un "claro ejemplo de política equivocada" y tendrá efectos negativos medioambientales, económicos y sociales. Foment del Treball ha pedido al Ayuntamiento "paralizar el programa 'superilla' y abrir un diálogo constructivo con los agentes económicos" de la ciudad. También aseguran que a la larga desincentivará los desplazamientos hacia Barcelona.  
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