Varios alimentos que dependen de condiciones climáticas muy específicas o de prácticas agrícolas tradicionales corren el riesgo de desaparecer. Depender de pocos alimentos puede tener consecuencias negativas para la salud y dificultar la adaptación a plagas, enfermedades y condiciones climáticas extremas. El queso camembert, el salmón salvaje o el café arábica corren el riesgo de desaparecer. La globalización y la pérdida de biodiversidad afectan directamente a la alimentación. Los expertos coinciden en que es posible revertir la tendencia
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