Publicado hace 9 años por araphant a derechomercantilespana.blogspot.com.es

En un país que se califica a sí mismo de “Estado social y democrático de Derecho”, no puede haber conductas de cargos o empleados públicos que no sean éticas pero que sean, a la vez, lícitas. Porque afirmar tal cosa supondría que el contenido ético de nuestro Derecho, en relación con la conducta de los cargos y funcionarios públicos no estaría en los más altos estándares de exigencia que un país desarrollado debe imponer a éstos.

Comentarios

L

En un país que se califica a sí mismo de “Estado social y democrático de Derecho”, no puede haber conductas de cargos o empleados públicos que no sean éticas pero que sean, a la vez, lícitas

Este no es un estado democrático ni de derecho.
Por eso pasan estas cosas.

WcPC

#1 Es que, ELLOS hacen las leyes, claro que SUS delitos (que lo serían en cualquier otro país) no son delito...
Tu te lo guisas tu te lo comes.

vicus.

En un país donde la ética brilla por su ausencia, la corrupción se vuelve legal..

Grecott

Esto tampoco es ético pero mientras otros roban el dinero de todos ellos lo pagan...

D

¿Somos éticos? No, pero(...) todo vale si soy periodista y/o meneante.

Conste que micciono culpa como el primero.

mmcnet

Que una empresa le dé pasta por el morro a un diputado o a un ministro es legal (aunque no debería). Pero yo no me creo que les hayan dado ese dinero por que sí. Yo estoy convencido que son sobornos, y una pequeña parte de los que han recibido. El problema es demostrarlo, especialmente que los fiscales defensores recaben pruebas para demostrarlo.

araphant

#3 Precisamente por la dificultad en demostrar algo así considero que el punto clave es lo que dicen en este artículo. La cuestión legal debe dirimir si estas personas son culpables ante la ley o no, pero independientemente de eso, si lo que hacen no es ético (sea legal o no) estos tíos son culpables ante la sociedad a la que representan, y deberían dimitir de sus cargos públicos. La sociedad debería exigir su dimisión. Un cargo público debería tener una ética intachable.