Hace 8 años | Por --508782-- a diagonalperiodico.net
Publicado hace 8 años por --508782-- a diagonalperiodico.net

La manera de retratar los trastornos mentales en los medios de comunicación tiende a criminalizar a más de diez millones de personas en el Estado español. Violencia, peligrosidad, irresponsabilidad… Éstos son sólo algunos de los atributos asignados erróneamente a las personas que padecen trastornos de salud mental en nuestra sociedad. Estereotipos y prejuicios latentes que alimentan el estigma contra un colectivo que ya representa un 18% de la población del Estado español, según alertan desde la Federación de Asociaciones de Familiares...

Comentarios

T

#2 Niego todo lo que has dicho. Me la suda.

D

#2 Como en tiempos de franco, vaya, aunque entonces lo achacaran a un "gen". Si es que la psicología y la psiquiatria mal aplicadas son una mierda para imbéciles que no la cuestionan.

Puede ser útil, sí, pero aplicada con criterio. E historicamente a menudo se ha usado también de formas mas que dudosas.

En algunos casos creo que parte de la responsabilidad recae en los propios profesionales.

delawen

#2 El trastorno desafiante no es cuestionar las órdenes que vienen de una figura de autoridad. Es una variante de la impulsividad que te hace llevar la contraria a todo el mundo, tenga sentido con lo que piensas o no.

Y eso sí es un problema. No sé si para dar pastillas, pero sí que es un problema. Por ejemplo, porque vas siempre buscando bronca, incluso con gente que piensa lo mismo que tú.

Nada que ver con la policía política de Franco (#4).

D

#5 En ese sentido lo veo correcto y sentido, si, pero ¿Cuantos podrían interpretarlo de otra forma y marcar sus propios limites en lo que a ello respecta? No dudo que lleves razón, hay si hay patología. El problema sería que alguien trate de marcar unos límites, que es donde pueden surgir problemas...

Pero la persona a la que te refieres, en efecto, tendría un problema.

Maestro_Blaster

#6 Pues gente sin formación o gente con formación pero mala profesional.

De ahí que haya que formarse (tanto a nivel académico como práctico) para tratar estos problemas, y que no cualquiera pueda tratar problemas mentales porque: "tiene mucha psicología".

Maestro_Blaster

#6 #4

Por cierto, aquí os pego los criterios diagnósticos de este trastorno según el DSM-5:



A. Un patrón de enfado/ irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que dura por lo menos seis meses, que se manifiesta por lo menos con cuatro síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que no sea un hermano.

Enfado/irritabilidad:
1. A menudo pierde la calma.
2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.
3. A menudo está enfadado y resentido.

Discusiones/actitud desafiante:
4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los adolescentes.
5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad o normas.
6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.
7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento. Vengativo
8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis meses

Nota: Se debe considerar la persistencia y la frecuencia de estos comportamientos para distinguir los que se consideren dentro de los límites normales, de los sintomáticos. En los niños de 244 Trastornos destructivos y de la conducta menos de cinco años el comportamiento debe aparecer casi todos los días durante un periodo de seis meses por lo menos, a menos que se observe otra cosa (Criterio A8). En los niños de cinco años o más, el comportamiento debe aparecer por lo menos una vez por semana durante al menos seis meses, a menos que se observe otra cosa (Criterio A8). Si bien estos criterios de frecuencia se consideran el grado mínimo orientativo para definir los síntomas, también se deben tener en cuenta otros factores, por ejemplo, si la frecuencia y la intensidad de los comportamientos rebasan los límites de lo normal para el grado de desarrollo del individuo, su sexo y su cultura.

B. Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el individuo o en otras personas de su entorno social inmediato (es decir, familia, grupo de amigos, compañeros de trabajo) o tiene un impacto negativo en las áreas social, educativa, profesional u otras importantes.

C. Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un trastorno depresivo o uno bipolar. Además, no se cumplen los criterios de un trastorno de desregulación perturbador del estado de ánimo.

Especificar la gravedad actual:
Leve: Los síntomas se limitan a un entorno (p. ej., en casa, en la escuela, en el trabajo, con los compañeros).
Moderado: Algunos síntomas aparecen en dos entornos por lo menos.
Grave: Algunos síntomas aparecen en tres o más entornos.

delawen

#8 Es que es algo que la gente toma a la ligera y no entiende: cuando hablamos de un trastorno mental, la palabra clave es trastorno. Si no te está trastornando, el diagnóstico no tiene sentido.

El DSM indica una serie de pautas, pero es sólo orientativo. Si sólo con lo que pone en el DSM se pudiera diagnosticar y tratar, entonces, ¿para qué estudian una carrera? ¿Se dedican cinco (ahora cuatro) años a hacer crucigramas y aprender a tener una caligrafía horrible?

Maestro_Blaster

#9 Totalmente de acuerdo!

maria1988

#9 Ni cinco ni cuatro. Medicina son seis años, y para ser psiquiatra, cuatro más. Así que estudian diez años.
De todas formas, tienes razón en tu comentario. Cuando ves la descripción de un trastorno psiquiátrico, parece algo baladí, hasta que conoces a alguien que lo padece. Una persona normal que desafía a la autoridad no tiene ningún trastorno ni se le cataloga como enfermo mental. Los enfermos mentales, valga la redundancia, están enfermos. Son personas que sufren por su condición y necesitan tratamiento.

aunotrovago

Las películas del sábado al mediodía, la protagonista vende flores que se acaba de mudar y el vecino raro con una pala en la mano.