Catedrática de Derecho del Trabajo por la Universidad de Castilla la Mancha (UCLM), Mª Luz Rodríguez (Valladolid, 1964) ha centrado su carrera en el estudio y análisis del ámbito laboral, tanto en la docencia como en la política. Tras desempeñar un cargo de especialista senior en la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ahora sigue colaborando como consultora en relación a la economía de plataformas. En esta entrevista, la experta explora el paisaje laboral de España y los principales retos que todavía tiene por resolver.
Comentarios
Empecemos por sueldos y sigamos por los horarios incompatibles con la vida familiar. La reflexión es clara: copiemos a nuestros vecinos del norte. No hay que inventar nada.
#4 horarios incompatibles con la vida familiar.
Jornada intensiva en vez de partida y generalizada?
En España? Nunca.
#5 El otro dia sin ir mas lejos le pregunté a mi jefe que por qué no se hacía jornada intensiva… -a mi me da igual la verdad por que no me afecta- pero sabes la contestación?
Que en las últimas horas de la jornada no se rinde
#4 con que se respetase la norma y las reducciones de jornada no viniesen acompañadas de represalias en la empresa... Yo ya me apañaría
#4 un país de camareros que va a copiar?
#8 formas de llevar la bandeja?
#8 Nuestras costumbres por ejemplo, eso de salir de casa a cenar cualquier dia y a cualquier hora debería cambiar, y de hecho va a cambiar por que es insostenible, y lo es por que estamos hasta los cojones de trabajar por cuatro duros
#8 Te has pasado con la generalización: también hay peluqueras, esteticiennes, pintauñas, repartidores de glovo, televendedores..., vamos todo un mercado laboral de alto valor añadido.
#4 Con la vida familiar? Con la vida en general, diría yo...
Lo que hay es una precariedad general que o comes mierda o te ves en la calle. Así de sencillo.
#1 ese comentario es aporófobo, porque presupone que la precariedad, la pobreza, el subdesarrollo, el capitalismo y la monarquía son cosas malas o negativas, y al presuponer tal cosa, está indirectamente implicando que los padres que hacen nacer a sus hijos en la precariedad, en la pobreza, en el subdesarrollo, en el capitalismo y en la monarquía están haciendo daño o perjudicando a esos hijos, y por tanto está indirectamente implicando que los padres que hacen nacer a sus hijos en la precariedad, en la pobreza, en el subdesarrollo, en el capitalismo y en la monarquía son malos padres y malas personas, sin inteligencia, lo cual es aporofobia, incluso aunque esos padres sean ricos, según nos viene contando la gente súper-inteligente y súper-ética de Menéame.
Tenemos que respetar el derecho que tienen los españoles, como todos los seres humanos, de considerar que la precariedad, la pobreza, el subdesarrollo, el capitalismo y la monarquía son circunstancias tan estupendas como para hacer nacer y criar a sus propios hijos en ellas, a que sus hijos se las agradezcan tanto como ellos, los españoles y todos los seres humanos, también las agradecen a sus padres.
Desde esta perspectiva, tener hijos es la manera más clara y evidente en que una persona puede mostrar su aprobación favorable del entorno económico o de las condiciones económicas en que dicha persona hace nacer a esos hijos.
Quien es pobre es porque quiere votar capitalismo y monarquía.
España, pues, va bien y está bien como está, y la precariedad, la pobreza, el subdesarrollo, el capitalismo y la monarquía son cultura, costumbres, derechos, libertades, preferencias, elecciones, votos, hijos y ética de los españoles, y nos los tienen que respetar, así como nosotros, los españoles, también respetamos las culturas y costumbres ajenas.
No creáis, pues, a nadie que os diga que hay una guerra intergeneracional.
Y recordad también que cuando hacéis nacer a vuestros propios hijos en la precariedad, en la pobreza, en el subdesarrollo, en el capitalismo y en la monarquía, no serán los ricos, el capitalismo y la monarquía quienes se estén riendo de vosotros, sino que seréis vosotros quienes se estén riendo de los ricos, del capitalismo y de la monarquía.
Una pena que no haya renuncia, que todavía dicen que se cobra mucho y falta trabajo
Lo que me pagan por mi trabajo me toca lo de ahí abajo.
Normal, entre una derecha explotadora, y una izquierda cuencoarrocista.
Saludos.
Siempre hablamos de jefes, pero poco se habla de compañeros incompetentes dispuestos a hundir a los de al lado si ven que lo hacen mejor que ellos.
De técnios que se jubilan y no han enseñado nada a los jóvenes. Para defender su puesto. La siguiente generación un paso atrás.
A veces los peores somos nosotros.