Hace 4 años | Por Txota70 a elpais.com
Publicado hace 4 años por Txota70 a elpais.com

Nada hacía pensar que el asesinato en 2007 de Alejandro Ponsoda, alcalde de Polop (Alicante), pudiera otro móvil que la codicia. Un pueblo situado cerca de la costa más castigada por la especulación, muy próximo a Benidorm. Parecia el hábitat propicio para un crimen por dinero, justo cuando la crisis estaba a punto de saltar. Sin embargo, la investigación, centrada casi desde un principio en Juan Cano, concejal de Urbanismo y número dos de la lista de Ponsoda, condujo inesperadamente a otro motivo: el odio puro.