La primera opción, la sentencia condenatoria, sería la herencia en diferido del que fuera presidente hasta diciembre pasado de la Sala Penal del Supremo, es decir de Marchena; la absolutoria, sería la herencia anticipada del mandato de Martínez Arrieta, que se jubila en abril de 2027. No será fácil que tenga que juzgar otro caso tan importante como el que tiene ahora entre manos.
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Y, sobre todo, si lo declaran culpable a los 10 minutos tienes a 10 periodistas desvelando su fuente, demostrando públicamente la inocencia del FGE y con los jueces que dictaron sentencia viéndose ante un delito de prevaricación y probablemente con sus carreras acabadas. De ahí que el juez le soltase a un periodista eso de "no amenace usted" cuando este dijo que sabía quien era la fuente real.