Hace 5 meses | Por MirandesOnline a elpais.com
Publicado hace 5 meses por MirandesOnline a elpais.com

Como tantas veces en Brasil, tras un paisaje paradisíaco se despliega el horror. El chef y estafador convicto David Peregrina Capó, español de 53 años, y su pareja, Érika da Silva Santos, brasileña de 38, vivían en un rincón de ensueño, en una isla fluvial de cientos de hectáreas que compraron hace años. “Lo que no me entra en la cabeza es que él fuera un delincuente”, dice Ana sentada a la sombra en un cuidado jardín de Porto Seguro. Los amigos estaban aún digiriendo la brutalidad del asesinato cuando llegó un segundo golpe: un secreto bien gu

Comentarios

MirandesOnline
Ddb

Cuando leí la noticia original ya me sonó todo muy raro. Sonaba a crimen perpetrado por sicarios y cuando estos actúan casi siempre hay algo oscuro detrás.

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"No me entra en la cabeza que ese señor con isla privada sea un delincuente", piensa nadie en realidad.