Aquel 10 de octubre de 2019 era jueves y Sergio, de 7 años, estaba tumbado en la cama donde, hasta no hacía mucho, dormían sus padres. La relación se había roto y los dos progenitores luchaban en los tribunales por la custodia del menor, pero Sergio descansaba en el dormitorio donde ya solo dormía su madre "confiado y desprevenido". Y, sobre todo, completamente ajeno al plan que su progenitora había concebido.
|
etiquetas: violencia vicaria , asesinato , filicidio